¿Tu hijo/a tiene TEA? Descubrí cómo ayudarlo/a a través de una buena alimentación

El pasado mes de septiembre, la licenciada en Nutrición María Luz Sanz presentó su libro "Reevolución Alimentaria: intervención nutricional en trastornos del espectro autista ", una obra que va más allá de los conceptos tradicionales de la alimentación. Con un enfoque revolucionario y basado en su experiencia y estudios, Sanz propone una nueva mirada sobre cómo los alimentos pueden ser aliados en el tratamiento de niños y niñas con trastornos del espectro autista (TEA).

El impacto de la nutrición en el comportamiento y la salud de las personas con TEA ha cobrado relevancia en los últimos años. De hecho, estudios recientes revelan que hasta el 90% de los niños diagnosticados con TEA presentan problemas gastrointestinales, metabólicos e inmunológicos, entre otros, lo que puede influir directamente en su comportamiento. 

La génesis de una pasión

El vínculo de Sanz con la nutrición en niños con TEA comenzó de forma inesperada. Durante su residencia en el Hospital de Clínicas José de San Martín, fue testigo de un caso que marcaría el rumbo de su carrera. En una rotación por el área de pediatría, conoció a un paciente con TEA que experimentó mejoras notables en su comportamiento tras un cambio en su dieta. Este hecho despertó su curiosidad y la impulsó a investigar más a fondo sobre el tema.

"En la residencia tuve la oportunidad de profundizar en las necesidades de los niños con TEA. Con el caso de este paciente, me di cuenta de que no estábamos abordando adecuadamente cómo la alimentación influye en ellos. Fue un despertar", comenta Sanz. Desde ese momento, su trabajo ha girado en torno a la nutrición aplicada a trastornos del desarrollo y, en especial, a aquellos del espectro autista.

La alimentación y su influencia en el TEA

Uno de los puntos centrales que aborda Sanz en su libro es el rol crucial que tiene la alimentación en el bienestar de las personas con TEA. Ella explica que muchos de los comportamientos disruptivos que se suelen atribuir exclusivamente al trastorno, como las crisis de llanto, los gritos o las autolesiones, pueden ser en realidad manifestaciones de dolor o malestar físico, como problemas gastrointestinales.

"Si un niño tiene reflujo, por ejemplo, y no puede decirlo, su manera de comunicarlo puede ser gritando, golpeándose o teniendo conductas que los padres y profesionales suelen atribuir automáticamente al autismo. Pero, ¿y si no es así? ¿Y si es su manera de decir ‘me duele’? Es crucial descartar cualquier dolor físico antes de asumir que todo se debe al TEA", subraya la autora.

Además, Sanz destaca la necesidad de un enfoque interdisciplinario, en el cual la nutrición trabaje en conjunto con otras especialidades médicas. "El autismo no viene solo. Siempre hay algo más: problemas gastrointestinales, deficiencias nutricionales, trastornos metabólicos, entre otros. Y esto requiere una mirada integral que incluya médicos, psicólogos, fonoaudiólogos y, por supuesto, nutricionistas", señala.

Un enfoque práctico: cambiar la base de la alimentación

El libro "Reevolución Alimentaria" no solo expone la teoría detrás de la intervención nutricional en pacientes con TEA, sino que también ofrece herramientas prácticas para las familias.

El consejo principal que Sanz da a los padres es claro: eliminar los ultraprocesados y los azúcares. "Cuando los padres me consultan, siempre les pregunto qué es lo que sus hijos comen a diario. Si la respuesta es alimentos ultraprocesados, jugos azucarados y snacks con muchos aditivos, es el momento de hacer un cambio. No se trata solo de eliminar ciertos alimentos, sino de volver a lo casero, a lo que nuestras abuelas cocinaban. Alimentos frescos, naturales y balanceados pueden marcar la diferencia", asegura.

En este sentido, uno de los aspectos más llamativos de la propuesta de Sanz es su enfoque en las dietas libres de gluten y caseína. Aunque estas dietas no curan el TEA, muchos estudios han demostrado que pueden ayudar a mejorar los síntomas en aquellos niños que presentan sensibilidad a estos componentes. "Eliminar la leche o el trigo no es para curar el autismo, sino para tratar intolerancias que pueden estar causando malestar. Si un niño no verbal es intolerante a la leche y se la quitas, es probable que notes que duerme mejor, se siente más tranquilo y su comportamiento mejora", explica, destacando que, solucionado este problema, los chicos con TEA pueden estar mejor predispuestos para las terapias que necesitan para abordar su situación. 

Testimonios y experiencias

 Sanz relata el caso de un niño que, tras eliminar ciertos alimentos que le generaban malestar, dejó de autolesionarse y de tener crisis de llanto en menos de una semana. "Es increíble cómo algo tan básico como la alimentación puede tener un impacto tan profundo en el bienestar de un niño", reflexiona.

Los testimonios de madres y padres muestran el camino hacia una vida más equilibrada, donde la intervención nutricional ha permitido que sus hijos mejoren no solo su salud física, sino también su capacidad para relacionarse con el mundo que los rodea.

"Reevolución Alimentaria: intervención nutricional en trastornos del espectro autista" se presenta como una guía esencial para padres, cuidadores y profesionales que buscan mejorar la calidad de vida de las personas con TEA a través de la alimentación.

Sobre la autora

María Luz Sanz es licenciada en  Nutrición, autora del libro "Reevolución  Alimentaria, Intervención nutricional en 
Trastornos del Espectro Autista" y  miembro fundadora de ACAYNA Se  formó en la Escuela de Nutrición de la  Facultad de Medicina de la Universidad  de Buenos Aires y como residente en el  Hospital de Clínicas José de San Martín.  Cursó estudios de posgrado en Enfoque  Integrador en Neurodesarrollo y  Trastornos del Espectro Autista en la  Universidad de Buenos Aires.