Un viaje de tres generaciones en el arte de la peluquería

En un mundo en constante cambio, donde los negocios familiares suelen ser una rareza, la peluquería Di Lorenzo se erige como un pilar de tradición y calidad. Con motivo de su centenario, Daniel Di Lorenzo, actual propietario y tercera generación de la familia, comparte la rica historia de este emblemático establecimiento y reflexiona sobre su evolución en el contexto sanjuanino.

Un viaje a través del tiempo
La historia de Di Lorenzo Peinados comienza en Sicilia, Italia, donde su abuelo, Giuseppe Di Lorenzo, llegó a América en busca de nuevas oportunidades. "Mi abuelo vino a conquistar esta América hermosa", relata Daniel. En 1924, Giuseppe estableció su primer negocio en San Juan, que floreció durante dos décadas. Sin embargo, el terremoto de 1944 fue un duro golpe que forzó a la familia a reconstruir su vida y su negocio.

"Hasta 1959, el negocio estaba en plena recuperación. Encontraron un nuevo local en la esquina de Salta e Ignacio de la Roza (Avenida Central en pleno corazón de la Capital), donde la peluquería ha estado por 65 años", explica Daniel, subrayando la resistencia de la familia ante las adversidades.

De suegros y yernos
La llegada de la familia Di Lorenzo a San Juan se facilitó gracias a un lazo familiar. "Mi bisabuelo, don Carmelo Zayla, trabajaba en la bodega López Peláez y llamó a mi abuelo desde Italia", narra. A pesar de no conocerse antes, la invitación a San Juan cambió el rumbo de la familia para siempre.

Giuseppe, que ya era peluquero, llegó a Argentina a los 30 años y rápidamente se convirtió en un visionario. "No solo era peluquero; compró propiedades, taxis, e incluso trabajó como relojero y dentista. Era un emprendedor nato", destaca Daniel.

La evolución del negocio familiar
La peluquería ha evolucionado a lo largo de los años, adaptándose a los cambios sociales y culturales. En los años 60, bajo la dirección de Arquímedes Di Lorenzo, padre de Daniel, el negocio experimentó un cambio significativo. "Arquímedes trajo el corte a navaja y un enfoque más profesional", cuenta Daniel, quien destaca que su padre introdujo servicios y productos de alta calidad, llevando el negocio a un nuevo nivel.

"Vendíamos whisky, café y hasta cerveza. Ese era el perfil de la peluquería en esos años", dice con orgullo, reconociendo el legado que su padre dejó en el negocio familiar.

Mirando hacia el futuro
Daniel Di Lorenzo, quien ha dedicado 44 años a la peluquería desde los 16, se enfrenta ahora al desafío de mantener vivo el legado familiar. "Mañana (por este viernes), entrego la posta a mis ancestros. He cumplido con los 100 años de Di Lorenzo", afirma, dejando entrever una mezcla de nostalgia y esperanza.

Aunque no tiene planes inmediatos de cerrar, Daniel está considerando el futuro. "Quizás no continúe con el nombre Di Lorenzo, pero quiero asegurarme de dejar una escuela de peluquería para formar nuevos profesionales", explica. Su deseo es que la tradición continúe, aunque sea en un formato diferente.

Un evento para celebrar
El centenario de Di Lorenzo Peinados se celebrará este viernes con una gran fiesta en la calle Salta y Central, con un escenario y espectáculos para el público. "Es una forma de agradecer a San Juan por todo el cariño que nos han dado a lo largo de estos años", dice Daniel.

"Este año, tengo el enorme orgullo de celebrar un hito muy especial en la historia de mi familia y de nuestra peluquería. Di Lorenzo Peinados cumple 100 años y queremos compartir esta celebración con toda la comunidad que ha sido parte fundamental de nuestro recorrido", expresa.

"Han pasado tres generaciones que han mantenido viva esta pasión por el arte de la peluquería. A lo largo de un siglo, hemos crecido, evolucionado y, sobre todo, hemos tenido el privilegio de acompañar a muchas familias sanjuaninas, cortando y peinando con el mismo cariño y dedicación con los que comenzó este sueño", se explaya.

Por eso invitó a los clientes: "para celebrar juntos estos 100 años de historia, esfuerzo y amor por lo que hacemos. Será un evento lleno de emociones, donde compartiremos recuerdos, reconocimientos y algunas sorpresas preparadas especialmente para todos", continúa.

"Esta celebración no sería posible sin la confianza y el apoyo de nuestros clientes, colaboradores y amigos, que han sido parte de este viaje a lo largo de las décadas. Espero que puedan acompañarnos en esta ocasión tan importante y brindar juntos por el pasado, el presente y el futuro de Di Lorenzo Peinados", afirma con emocionadas palabras.

Con una clientela que abarca generaciones, Di Lorenzo ha sido testigo del paso del tiempo y la transformación de la ciudad. "Tenemos clientes de 70 años ininterrumpidos. Es un honor poder servir a tantas personas", comenta.

Un negocio inclusivo
Uno de los aspectos más destacados de la peluquería es su enfoque inclusivo. "No clasificaría a nuestra clientela. Tenemos desde empresarios hasta trabajadores", afirma Daniel, enfatizando que la peluquería es un espacio para todos. "Es valioso que nuestra puerta esté abierta a todos, sin distinción".

A medida que Di Lorenzo Peinados celebra su centenario, la historia de la familia Di Lorenzo continúa, un testimonio de resiliencia, pasión y amor por el oficio. La peluquería no es solo un negocio; es un legado que seguirá vivo en el corazón de San Juan y en las manos de las nuevas generaciones que aspiran a convertirse en parte de esta rica tradición.