Cuando la tinta se convierte en terapia: con sus tatuajes, "sana" a los sobrevivientes de cáncer de mama

La provincia de San Juan es conocida por ser pionera en varias cosas. Entre ellas, fue la primera en donde las mujeres emitieron voto antes que a nivel nacional. Y hablando de pioneras, la sanjuanina Lili Munster es la primera tatuadora femenina en la provincia. Pero no solo eso, es la creadora del método de tatuaje tradicional terapéutico, el cual utiliza desde hace varios años para ayudar a personas que sobrevivieron al cáncer de mamas. De forma gratuita, con su arte y mucho amor, ayuda a estas personas a superar el cáncer y a dejar una hermosa huella donde antes solo había dolor.

Lili tiene 45 años y tatúa desde el año 1997. La idea de la labor solidaria, tatuando a las personas que sobrevivieron al cáncer de mama, surgió luego de haber realizado varias intervenciones en personas que habían sufrido accidentes y que tenían distintos tipos de cicatrices en el cuerpo, como por ejemplo quemaduras.

Así fue que Lili fue perfeccionando el tatuaje tradicional para que quedara anatómicamente perfecto en cada cuerpo, teniendo en cuenta las particularidades de cada tatuaje.

Perfeccionamiento del arte y apoyo emocional

Luego de ayudar a varias personas, comenzó a perfeccionarse aún más como tatuadora para que sus trabajos quedaran de la mejor manera posible sobre estas pieles que venían dañadas. Pero, además, siempre fue un apoyo psicológico y de contención para todas las personas que se acercaban a tatuarse una cicatriz. Así surgió la idea de ayudar a las personas que sufren cáncer de mama y dejar su arte donde antes solo había dolor.

Fundación de la ONG y expansión de su labor

En 2017, cuando ya llevaba varios años tatuando a personas sobrevivientes de cáncer de mama, creó la ONG"Trazos de Luz", y también registró la técnica del tatuaje terapéutico a nivel nacional, siendo pionera en el arte del tatuaje terapéutico y en el tatuaje para personas sobrevivientes de cáncer de mama.

 

"Yo hice un desarrollo del tatuaje tradicional para que tenga un diseño anatómicamente perfecto en la zona tratada".

 

"Había tatuado a personas que venían con situaciones muy complejas, con quemaduras y cicatrices muy grandes de accidentes, y querían mejorar su vida. Así fue que una de mis clientas, que comenzó un tratamiento de cáncer de mama, me consultó sobre mi servicio de tatuaje tradicional para cubrir la cicatriz de una mastectomía. Y así fue como pude lograr hasta esta labor solidaria", comenta.

Reapertura de su estudio y reconocimiento internacional

El estudio de tatuajes de Lili Munster se llama "Cuerpo Pintado SJ", y luego de un año de receso por motivos personales, reabre este sábado, en su nuevo local ubicado en el Barrio Gendarmería, justo frente a la plaza, por calle Romero al 61 Sur. La inauguración serpa a las 19 hs, habrá bandas en vivo y la idea es que la comunidad de clientes se reúna en torno a su arte. 

Su arte trasciende el mundo

Desde que comenzó con su ONG, ha tatuado a mujeres y hombres de varias provincias del país. Incluso, su labor solidaria trascendió las fronteras de la nación y ha sido entrevistada en medios de otros países. El impacto de su buena acción llegó a tres empresas con más de 30 años en la comercialización de insumos y productos para tatuajes, las cuales, desde Estados Unidos, decidieron apoyarla con insumos gratuitos para que ella pueda seguir sosteniendo este servicio gratuito para personas sobrevivientes de cáncer de mama.

La ONG "Trazos de Luz" y sus servicios para los sobrevivientes

Lili Munster, creadora del tatuaje tradicional terapéutico, también ha perfeccionado la técnica de reconstrucción de la areola mamaria en 3D para sobrevivientes de cáncer de mama y personas que hayan pasado por cirugías estéticas. Además, en su estudio, no solo se realizan tatuajes tradicionales, sino que también se brinda apoyo psicológico a las personas que van a realizarse estos tatuajes.

"En el momento en que se encuentran conmigo, las personas tienen la posibilidad de desarrollar una solución de arte permanente para el resto de sus vidas, dando fin al tratamiento del cáncer de mama, que puede durar varios años, al menos dos o tres. Así que cuando vienen los sobrevivientes a hacerse el tatuaje, llegan con una carga emocional muy importante, y el hecho de que me elijan hace que sea una cuestión mutua. Para mí es un honor poder trabajar en una solución artística para cada persona. Los tatuajes que hago son preparados a gusto de las personas, pero con las recomendaciones necesarias para que el diseño quede anatómicamente perfecto. Los sobrevivientes de cáncer de mama deben atravesar una cuestión emocional que permite lograr un diseño positivo y anatómicamente perfecto", comenta sobre su trabajo Lili Munster.

Lili Munster, con su labor pionera y solidaria, ha logrado no solo perfeccionar un arte, sino también crear un espacio de sanación para quienes enfrentaron el desafío del cáncer de mama. Su dedicación, tanto en el aspecto técnico como en el emocional, le ha permitido transformar cicatrices en símbolos de fortaleza y esperanza. Con el tatuaje terapéutico, Lili no solo deja una marca en la piel, sino también en la vida de cada una de las personas que ayuda, demostrando que el arte puede ser una herramienta poderosa para sanar el cuerpo y el alma.