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Historia de San Juan

La década del ’90 y la crisis del 2001

El 27 de diciembre de 1992 Juan Carlos Rojas se hizo cargo temporariamente de la gobernación por suspensión de su titular y luego en forma definitiva por destitución del Lic. Escobar en el Juicio Político. 

Alfredo Avelín, gobernador de San Juan, y Fernando De La Rúa, presidente de la Nación.

1. La década del ‘90 en San Juan (1991 – 1999)
A partir del 10 de diciembre de 1991, con amplio apoyo del nuevo poder nacional, el Lic. Jorge Alberto Escobar, ya en el gobierno de San Juan, redefinió la relación de la provincia con las autoridades nacionales, "con un alineamiento absoluto con el presidente de la Nación y su poderoso ministro de Economía (Domingo Cavallo)", según refiere el Dr. Horacio Cao, Administrador Gubernamental, investigador y analista político, cuyo trabajo hemos consultado.

Jorge Alberto Escobar, gobernador, Juan Caros Rojas, vicegoberandor.


El nuevo gobierno de San Juan –"como casi todos los oficialismos de las provincias periféricas de la época"- estableció como una de sus principales prioridades obtener la mayor cantidad posible de transferencias desde el gobierno nacional, construyendo así "un patrón de sobreasignaciones per cápita que tendrá, hacia el final del gobierno de Escobar, un nivel del orden del 40% superior al que obtienen las provincias del área central (Presupuesto Nacional, 1999)". 


El alineamiento con el presidente Menem -basada según el mismo investigador y analista "en patrones de lealtad diferentes a la continua tensión – distensión de la etapa bloquista"-, sin duda le trajo algunos beneficios a San Juan en cuanto a "transferencias financieras o de bienes y servicios". De esta manera, por ejemplo, los gestores de la continuidad del emprendimiento vitivinícola se convirtieron "en negociadores de crecientes transferencias financieras y de bienes – programa". 


Las diferencias de escala entre "provincias ricas" y "provincias pobres" hicieron que este mecanismo se desarrollara con especial facilidad en el caso de las provincias del área periférica como la de San Juan. Para decirlo de manera directa: "una suma de dinero que en términos relativos podía ser poco significativa para el presupuesto federal representaba, para cualquier provincia periférica, un elemento determinante de su situación fiscal y/o económica". 


El pragmatismo político surgido como consecuencia de esa nueva relación convertía necesariamente a su vez a las provincias "en aliadas cruciales a la hora de garantizar la continuidad del proceso de ajuste estructural" que el gobierno nacional venía ejecutando.  Por otro lado, el alineamiento provincial (votos en el Parlamento Nacional, apoyo en la interna partidaria, reducción del nivel de enfrentamiento inter partidario, etc.) era medular para el gobierno central, mientras que para la provincia adoptar una política independiente tenía, potencialmente, pocos beneficios. 

Jorge Escobar y el presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem.


Si las cosas discurrían bien para el gobierno por ese lado, en diciembre de 1992, a poco más de un año de haber asumido, Jorge Escobar fue sometido a un Juicio Político y destituido de su cargo de gobernador por la Legislatura Provincial, debido a una denuncia por el uso de recursos provinciales para un emprendimiento personal.Ante la prescindencia y la falta de apoyo y de solidaridad política con el gobernador de parte de su vicegobernador Juan Carlos Rojas, el peronismo sanjuanino quedó dividido.El 27 de diciembre de 1992 Juan Carlos Rojas se hizo cargo temporariamente de la gobernación por suspensión de su titular y luego en forma definitiva por destitución del Lic. Escobar en el Juicio Político. 

Juan Carlos Rojas.


Sin embargo, la baja proporción de diputados oficialistas en el parlamento provincial y los problemas de "una popularidad limitada y de una legitimidad que fue enseguida puesta en duda por los partidarios del gobernador depuesto", no jugarían a favor del nuevo gobernante.


"La debilidad del gobernador Rojas -sostiene Horacio Cao- lo empujó a un desesperado rush por consolidar el apoyo de la estructura justicialista, de los intendentes municipales y de los partidos de la oposición que veían que la suerte del gobernador estaba prácticamente echada. En este intento incrementa de manera ostensible el gasto público al promover, entre otras cosas, el ingreso de aproximadamente 7.000 nuevos empleados al Estado; el incremento del gasto llegó a generar un exorbitante déficit del orden del 40% de los ingresos". 


"Hacia el último trimestre del año 1994 -continúa Cao-, cuando los primeros embates del tequila producen un derrumbe de los ingresos provinciales, la situación de las cuentas fiscales era ya insostenible. Las dificultades para pagar salarios hacen que el malestar general que hasta entonces sólo se había expresado a través del voto, se traduzca en importantes movilizaciones. Es que, en las provincias periféricas, la amplia incidencia del Estado en la vida económica provincial hace que su retracción provoque un generalizado corte en la cadena de pagos. La baja popularidad, las movilizaciones populares y el aislamiento nacional (Cavallo calificó al gobierno provincial como "un desastre", y el Diputado César Arias, en representación del Consejo Nacional del PJ estimó que "la situación era próxima a lo crítico"), hacían prever una pronta salida de Juan Carlos Rojas del poder".


En 1993, nuevamente en el llano, Jorge Escobar encabezaría las elecciones legislativas en representación del Frente de la Esperanza (FE), con apoyo explícito del presidente Menem, logrando un triunfo contundente con el 43,4% de los votos sobre el FREJUPO gobernante (23.39), la otra ala partidaria en la que se había dividido el justicialismo local que era apoyada por el gobernador Rojas.


En 1994 la situación política sanjuanina tuvo un giro inesperado: la Suprema Corte de Justicia de la Nación consideró nulo el juicio político a Jorge Escobar (entonces Diputado Nacional) y lo restituyó en el cargo de Gobernador desde el 29 de diciembre de 1994, dos años después de su desalojo. Juan Carlos Rojas, luego de un período de licencia, renunció a la vice gobernación el 1 de junio de 1995, seis meses antes de culminar su mandato.


El gobernador saliente había dado el primer paso de su retorno al poder cuando triunfó en los comicios del 3 de octubre de 1994 (elección de legisladores nacionales), a pesar de presentarse por fuera del Partido Justicialista y de enfrentar abiertamente al gobierno provincial. La situación se repitió en las elecciones de convencionales constituyentes nacionales, logrando en esa ocasión un margen aún mayor sobre los otros partidos. El resonante triunfo tenía un valor especial al duplicar Escobar los votos de Rojas, "que con el 18% de los votos apenas pudo arañar un tercer puesto". 


A su regreso al gobierno, Jorge Escobar obtuvo una amplia apoyatura a su gestión de parte del Estado Nacional y una partida extraordinaria de $10 millones para poder hacer frente a los sueldos de diciembre.
Con el espaldarazo de la recuperación de la gobernación y la anterior performance de 1993 en las elecciones para diputados nacionales, el Frente de la Esperanza se consolidó y ganó ampliamente también las elecciones para gobernador y vicegobernador de 1995 con la fórmula Jorge Alberto Escobar – Rogelio Cerdera. 


Por su parte, el Ing. José Luis Gioja fue reelecto Diputado Nacional y poco después fue designado por la Legislatura Provincial Senador Nacional, el primer senador peronista por San Juan desde la vuelta de la democracia en 1983. "Su participación política, el éxito en las alianzas construidas y su propio carácter -expresa Cintia Rodrigo en su investigación sobre el peronismo sanjuanino de esta época- lo catapultaron a esa arena de participación, donde tendría un cargo asegurado hasta 2001". Como Senador Nacional, José Luis Gioja llegaría a ser jefe del Bloque oficialista y presidente de la Cámara de Senadores. Luego vendría la etapa exitosa provincial de 2003 con el gobierno de Néstor Carlos Kirchner, que el avezado y sagaz político sabría interpretar cabalmente en la etapa post menemista y post 2001 que se avecinaba en el país, y que expresaba a la vez un nuevo tiempo político para América Latina.


En cuanto a la relación Menem – Escobar y los beneficios que esa relación con el gobierno nacional resultó para San Juan, puntualiza Horacio Cao, "desde 1995 hasta que Escobar finalizó su mandato en 1999 los ATN remesados a San Juan pasaron de 2,6 millones a $ 27,7 millones; lo que elevó la participación de la provincia en la distribución de 0,6% en 1994 a 6,5% en 1999". Los fondos, manejados por el Ministerio del Interior, observa el analista político, "muestran como subieron las acciones del gobernador Escobar en esta jurisdicción a partir de la ruptura con el ministro Cavallo y el acercamiento a los contendores del ministro de Economía". 


Desde los tiempos de Nazario Benavides en época de Juan Manuel de Rosas, la relación política de las provincias con el gobierno central fue siempre crítica y crucial en la obtención de fondos y acceso al presupuesto nacional, por decirlo de alguna manera. Eso habla de un país no tan federal ni "automáticamente" federal como se supone. La suerte local siempre dependió de una manera u otra del gobierno en el poder -más o menos nacional y, en ese sentido, auténticamente federal o no-, y por supuesto, de los gobiernos provinciales, más o menos consustanciados con una verdadera visión política nacional desde las provincias y, por lo tanto, beneficiosa para las mayorías provinciales. 


Como contrapartida, una política de "lealtad" interesada hacia el gobierno central por razones clientelares o sectoriales, sin atender las verdaderas necesidades provinciales y populares, no obtenía en el tiempo buenos resultados. Sin duda, la política general excedía de hecho al círculo gobernante e impactaba directamente en el pueblo.


Menemismo, "sanjuanazo" y la crisis nacional del 2001 
Aprovechemos este momento de nuestro relato histórico para ratificar la necesidad de que, a falta de una historiografía contemporánea para reconstruir la historia más reciente (como hemos tratado de reconstruir la historia de los años anteriores recurriendo a los más conocidos historiadores de San Juan, más allá de sus posiciones ideológicas, pues no hay visión neutra de la historia y no caben dudas de que la "historia es la política del pasado"), debemos recurrir a los analistas e investigadores que han intentado contar y/o explicar los hechos de nuestro pasado inmediato y/o del presente, sin dejar de lado nuestra propia observación y testimonio cuando hemos sido testigos y/o protagonistas de los hechos que relatamos y comentamos, pues, en ese sentido, también formamos parte de nuestra propia historia.


Pues bien, en su reasunción como gobernador, Escobar anticipó su alineamiento con el gobierno menemista y advirtió que habría "una cirugía mayor... al estilo de la practicada en la intervención federal a Santiago del Estero", lo que implicaba un fuerte y desacostumbrado ajuste fiscal, "tal vez el más duro llevado a cabo por provincia alguna en esta etapa", tanto que, el gasto en personal bajaría de más de $437 millones en 1994 a $317 millones en 1996.


No debemos desatender la observación que hace uno de los analistas más calificados sobre ese momento histórico, cuando señala que "el plan estratégico del ajuste y la gestión de sus contenidos más álgidos, fue llevado a cabo por una serie de cuadros técnico-políticos agrupados en el Ministerio de Economía y Jefatura de Gabinete de la Provincia que, a despecho de su nacimiento en San Juan, llegaban desde Buenos Aires" y "se mostraban abiertamente como aliados políticos e ideológicos del Ministro de Economía de la Nación Domingo Cavallo". El hecho de que en algún momento esas dos alas del gobierno nacional -la "técnica" y la "política" se enfrentaran produciendo el alejamiento de Cavallo y que Escobar se alejara del ala cavallista del gobierno -tratando de mantenerse como "interlocutor privilegiado" del gobierno central-, confirma la diferencia y la pugna por espacios de poder dentro del gobierno nacional y provincial.

 
Con el lanzamiento del plan de ajuste de Escobar (apoyado en el ala "técnica" más que en el ala "política"), se reanuda como contrapartida la actividad del Frente Social, integrado por el sindicalismo peronista (que no quería enfrentarse abiertamente al gobernador), la poderosa Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de San Juan, los gremios docentes y los colegios profesionales ligados a la administración del Estado. A ese frente se sumaba, desde afuera, la oposición al gobierno, para la que, como luego se vería, no le importaba en sí "el ajuste" (que lo continuarían y profundizarían cuando fueren gobierno) sino, con fines electoralistas, el deterioro del oficialismo.


Hasta principios de junio, después de las elecciones del 14 de mayo de 1995 en la que el gobierno había obtenido un triunfo aplastante respecto a la oposición, todo parecía estar bajo control. Se había logrado alinear a todo el PJ detrás de la candidatura del Lic Escobar, primero, y de su nuevo gobierno también. El pueblo sanjuanino había reelegido al gobernador para -según se entendía- "garantice la continuidad del pago de salarios a los empleados públicos (de gran peso en San Juan) y la cadena general de pagos en la provincia". Lo mismo había sucedido a nivel nacional con las elecciones presidenciales. La protesta social aparecía vencida a partir de los resultados de los comicios, y la situación fiscal, si bien planteaba varias batallas pendientes, iba mejorando paulatinamente. 


Solo dos meses después de la asunción del Lic. Escobar, ese escenario "casi idílico" iba a cambiar abruptamente hacia fines de julio por arrastre de la crisis internacional y la intención del gobierno central de "salvar la convertibilidad amenazada por el efecto tequila", que produjo a su vez "una aguda crisis fiscal" en todo el territorio nacional. De hecho, hubo "programas de ajuste draconianos, tumultos o asistencias de urgencia en Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Rioja, Catamarca, Misiones y Río Negro".

Esos programas de ajuste incluían privatizaciones, rebaja de sueldos y traspaso de las cajas de jubilaciones provinciales a la Nación, cuyo destino era su privatización a través de las AFJP. Las vías férreas y los ferrocarriles argentinos eran parte también del precio del ajuste en todo el país, que obviamente también perjudicó a San Juan.


Para los tecnócratas del Ministerio de Economía, una vez desplegadas estas medidas, se terminaría con el déficit y con la penuria de conseguir "pagar los sueldos mes a mes: o se despedían nueve mil trabajadores del Estado o había que disminuir el salario".  Lo cierto es que, con el fin de lograr el definitivo arreglo de las cuentas fiscales, la superación económica post tequila y la generación de un excedente "con el cual dejar expedito el camino para el desarrollo de un programa de reconversión y modernización de la base productiva", el costo político para los gobernadores resultó altísimo. 


No obstante, Escobar insistió a principios de julio ante la Cámara de Diputados de la provincia en declarar la "Emergencia económica, financiera, administrativa y previsional", que autorizaba la rebaja salarial, la emisión de bonos, la eliminación de organismos del Estado, el lanzamiento de un plan de retiros voluntarios y la transferencia de la Caja de Jubilaciones al Estado Nacional, contra todo y contra todos.


El "sanjuanazo"
La rebaja de salarios resultaba una excusa si no había recursos para pagarlos. En ese contexto, el 13 de julio de 1995, manifestantes del Frente Social apedrearon el Ministerio de Economía de la provincia en reclamo del pago de sueldos y aguinaldo. Con el correr de los días la tensión fue creciendo, hasta que el 24 de julio, finalmente, se estableció que habría una reducción de los salarios de más de $400 en un 20%, salvo los de los docentes, que se reducían en un 30%. 

Sanjuanazo.


Paralelamente, se anunció que los sueldos de junio y el medio aguinaldo serían pagados en cuotas a partir de septiembre. Con esta medida, el sector ajustista pensaba terminar definitivamente con el déficit, justificándose que eso había sido, después de todo, "lo que la gente de la provincia votó masivamente". Pero los idus de julio no jugaban a favor de ese sector. Al tener que utilizar el Banco de San Juan (estatal) como vía de ingreso para los fondos enviados por la Nación para sincronizar el lanzamiento de las medidas con el pago de una parte de los salarios atrasados, ocurrió que el Banco absorbió esos fondos para superar su propia crisis financiera. La suerte estaba echada.

Al descalabro social de la provincia por las medidas de ajuste, atraso salarial y "baja cobertura política", se sumó la privatización posterior del Banco provincial sin que nadie derramara una lágrima por ello. 


Siguiendo el relato de observadores directos, en la noche del martes 25 se produjo la ocupación de los ministerios sanjuaninos por parte de los sindicatos nucleados en el Frente Social. El miércoles 26 de julio manifestantes del Frente Social – liderados por el secretario general de ATSA- ocuparon la sede del Ministerio de Desarrollo Humano (ex Acción Social). Los hechos incluyeron destrozos e incendio de vehículos, roturas de vidrieras, saqueos de algunos comercios y choques con efectivos de la Policía provincial. Un grupo de manifestantes rompió a piedrazos las vidrieras de la concesionaria Ford, propiedad de la familia del gobernador Jorge Escobar, y el edificio 9 de Julio, sede del Ministerio de Economía, se mantuvo tomado por militantes de ATE durante todo el día. El saldo de los enfrentamientos fue de una veintena de heridos y una decena de detenidos. Por la noche, el gobierno provincial debió pedir ayuda a la Gendarmería y a la Policía Federal en prevención de que hechos similares pudieran repetirse al día siguiente. 


Tras los disturbios se lanzó un paro general apoyado por todas las ramas del sindicalismo nacional (CGT, MTA y CTA) y los gremios estatales, el que, combinado con un asueto declarado de apuro para la Administración Pública y el Poder Judicial, tuvo un acatamiento masivo. El viernes 28 unos tres mil manifestantes encabezados por el dirigente sindical de ATE Héctor Sánchez se concentraron frente a la catedral, sin que se produjeran incidentes.  


En el gobierno -respondiendo a la puja nacional entre el ministro de Economía y el ministro del Interior- comenzaba un tire y afloje entre los que querían negociar una salida decorosa de la tensa situación y los que promovían una rendición completa. La Legislatura provincial dio marcha atrás y sancionó la ley Nº 6.619 que prohibía la reducción salarial. La norma fue aprobada con 22 votos de la oposición (Cruzada Renovadora, Partido Bloquista y UCR) y 14 del oficialismo. A través del vicegobernador Rogelio Cerdera el gobierno expresó el deseo de sentar a "todos" en la mesa de negociaciones "para asegurar una convivencia armónica en la provincia". 


Finalmente, después de una nueva huelga general con gran acatamiento realizada el jueves 3 de agosto, la Gobernación dio marcha atrás y dejó sin efecto los descuentos.En esas condiciones, el sindicalismo representado por el secretario general del gremio ATSA, Alfredo Duarte, llegó a un entendimiento y la situación se descomprimió. 


La mayoría de los "tecnócratas" del ministerio de Economía que habían promovido el ajuste estructural volvieron a sus ocupaciones en Buenos Aires. Los empleados y obreros sanjuaninos agrupados en ATE, rechazaron la oferta del Gobierno y continuaron con la protesta. Desde agosto de 1995 en adelante comenzó a mejorar el escenario fiscal y la lucha provincial comenzó a diluirse a favor del apoyo incondicional de sindicalismo ortodoxo al gobierno y el archivo definitivo de los planes de ajuste más agresivos en la provincia. 


A partir de 1997 comenzaron a verse signos de crisis y reavivamiento de internas, nunca cerradas por completo. En 1999 José Luis Gioja y su hermano César acompañaron la estrategia de re-reelección de Jorge Escobar. Pero pese a la vigencia de la Ley de Lemas y el desdoblamiento de las elecciones, el Frente Justicialista Desarrollo y Esperanza (FREJUSDE) no logró retener la gobernación. 


En 1999 Jorge Escobar volvió a presentarse como candidato a gobernador, realizando una buena elección, pero los votos no alcanzaron para derrotar la Alianza por San Juan que reunió a todos los partidos de la oposición provincial (UCR, FREPASO, Cruzada Renovadora, Bloquismo y partidos menores) y llevó como candidatos la fórmula Alfredo Avelín (Cruzada Renovadora) – Wbaldino Acosta (Partido Bloquista). 


2. El gobierno de la Alianza por San Juan (1999 – 2003)
El 16 de mayo de 1999 fue elegido gobernador de San Juan el Dr. Alfredo Avelín, de Cruzada Renovadora, y vicegobernador el Dr. Wbaldino Acosta, bloquista, en representación de la Alianza por San Juan. La construcción política opositora había logrado lo que parecía imposible: derrotar al justicialista Jorge Alberto Escobar (42%) con un 58% del electorado sanjuanino.

Alfredo Avelín, gobernador de San Juan.


Desde las elecciones de 1963, el médico de 72 años había perdido cinco veces antes la gobernación de San Juan en contiendas electorales. Esta vez lo había logrado y lo flanqueaban en el palco de la victoria los candidatos a presidente y vicepresidente por la Alianza a nivel país, el Dr. Fernando De la Rúa y el Dr. Carlos Chacho Álvarez, que siguiendo la inercia de los acontecimientos serían elegidos como tales en las elecciones nacionales de octubre de 1999. 


"Con un resultado contundente -sostiene la investigadora Cintia Rodrigo, analizando los hechos en perspectiva- la Alianza por San Juan triunfaba el 16 de mayo (55.7%), relegando al FREJUSDE al segundo lugar (42.3%). Las elecciones nacionales celebradas meses después repitieron los resultados y las distintas líneas del peronismo confluyeron para acompañar la derrota del candidato presidencial. El PJ volvía a la oposición en la provincia, pero José Luis Gioja seguía siendo un actor relevante como Senador Nacional con mandato hasta diciembre de 2001, año en que se produce la primera visita de Néstor Kirchner a San Juan". 


El gobierno de la Cruzada Renovadora en la provincia dependía de fondos nacionales para subsistir en semejante situación que vivía el país entero. Los gobernantes nacionales, en lugar de parar la crisis, la agudizaron, profundizando las medidas neoliberales del gobierno anterior, devolviendo al sillón de Economía a Domingo Felipe Cavallo. En esas circunstancias y haciendo caso omiso del carácter de su representación "aliancista", el Dr. Avelín creyó oportuno y tal vez necesario enfrentar al gobierno nacional en la persona de su ministro de economía. Pero ese fue el principio del fin para su gobierno, y hubo de enfrentarse solo a la falta de todo apoyo nacional a la provincia (De la Rúa apoyó a Cavallo) y al descontento que las políticas del gobierno nacional y sus correspondientes consecuencias provinciales provocaban entre los sanjuaninos. El juicio político del 26 de agosto de 2002 sería su sentencia política.


La situación planteada mostraba la necesidad histórica de una estrecha relación entre Provincia y Nación -la Parte con el Todo-, y la imposibilidad de desarrollo de un proyecto provincial independiente sin formar parte, no solo de un gobierno, sino de un verdadero proyecto nacional que redimiera a la patria y a la provincia de sus problemas. A ello se sumaban los preceptos financieros del neoliberalismo, que regían prácticamente sin solución de continuidad desde 1976 a esa fecha, que afectaban a todas las provincias y que, en definitiva, empujaron a San Juan -seis años antes y un año después del estallido nacional de 2001-, a sus propios estallidos provinciales. 


Al no recibir las transferencias correspondientes del Estado Nacional en tiempo y forma (debido a desacuerdos entre la administración nacional y provincial), San Juan cayó en cesación de pagos a proveedores y a trabajadores estatales locales, a los que se les comenzó a pagar tarde y mal. Los frecuentes paros docentes, la ocupación de organismos oficiales por parte de empleados y trabajadores en general y los altos índices de desocupación ocasionaron que la Legislatura de San Juan sometiera a juicio político al Gobernador, que finalmente fue destituido en setiembre de 2002, siendo reemplazado constitucionalmente por su vice-gobernador, el Dr. Wbaldino Acosta, integrante de la fórmula gubernamental de la Alianza por San Juan en representación del Partido Bloquista.


"Las desavenencias hacia adentro de dicha alianza y la falta de pericia para manejar un escenario nacional y provincial que se presentaban en extremo complejos -señala Horacio Cao-, terminaron generando la destitución del Gobernador Avelín". 
El gobierno de la Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación a nivel nacional (1999-2001) tampoco logró sostener su proyecto político-económico, conduciendo al país a una grave crisis política, económica y social y al estallido popular de 2001. 
En San Juan, el Dr. Wbaldino Acosta asumió la gobernación, convencido de la "conveniencia de implementar una amplia y profunda reforma política, que abarque al Estado en sus estructuras del poder, que permita hacer posible la mejor utilización de los recursos económicos públicos, en la consecución de los fines propios y específicos de la organización estatal". Así lo expresaba en su discurso ante la Legislatura Provincial al inaugurar el período de sesiones del año 2002 - 2003, último de su mandato. 


Siguiendo una vieja tradición partidaria que había sido exitosa en 1927 y en 1964, y que ahora aparecía como posible nuevamente ante los próximos comicios, el ahora gobernador Acosta se refirió a la necesidad de reformar una vez más la Constitución provincial para "atender -según sus palabras- al clamor popular sobre la reforma política del Estado". Pero lo que hacía falta a esa altura era primero reconstruir al país y a la provincia. 


No obstante, el discurso del nuevo gobernador ante la Cámara de Diputados le permitió desarrollar algunas ideas que ya el país rechazaba, e informar sobre algunas medidas de gobierno que se habían tomado para palear la grave crisis institucional, económica y social que se vivía, aunque ahora en un marco totalmente distinto al del 2001, pues a nivel nacional, con el gobierno de emergencia del Dr. Eduardo Duhalde, había vuelto a primar un criterio nacional para conjurar los efectos inmediatos de la crisis, producto del modelo no nacional ni popular anterior, cuyos resultados estaban a la vista. 


Más que un balance del gobierno de la Alianza gobernante y el anuncio de su plan de gobierno, al que solo le quedaban solo nueve meses de existencia antes del traspaso del mando a su sucesor, el discurso del gobernador reemplazante parecía ser más un discurso electoral de lanzamiento ante las próximas elecciones generales. Acosta hablaba de la recomposición de las buenas relaciones con el gobierno central, pero omitía explicar las razones de la crisis del 2001 que había obligado a la renuncia de Fernando de la Rúa, bajo cuyo signo se había impuesto la Alianza por San Juan, de la que había llegado a ser vicegobernador de la provincia y ahora, por destitución del gobernador, su reemplazante constitucional.


En el pico de la crisis -mayo del 2002, dos meses después del discurso de Acosta ante la Cámara de Diputados de la provincia-, la encuesta permanente de hogares consignaba que más del 60% de la población del Gran San Juan se encontraba por debajo de la línea de pobreza. 


No había lugar para otra cosa que una política nacional de reconstrucción nacional y provincial a fondo. Las reales causas del sufrimiento de gran cantidad de sanjuaninos, como decía el programa de "La Segunda Reconstrucción de San Juan", había que buscarlas en las políticas globales y generales que generaban "la falta de trabajo y de oportunidades", aparte de "la ineficacia de la gestión gubernamental provincial y la poca participación de los beneficiarios en la resolución de los problemas". En su plataforma política, los futuros gobernantes prometían "reconstruir la equidad en la provincia".

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