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Historia de San Juan

El Dr. Leopoldo Bravo y el Bloquismo

La creación de la Corporación Agroeconómica Vitícola y Comercial (CAVIC), moderna bodega estatal, fue la principal de una serie de obras de su primer gobierno.

Leopoldo Bravo, a la derecha, junto al presidente Ricardo Alfonsín y el intendente José Vedia en Jáchal.

Después de la gran etapa histórica cantonista (1918 – 1934)y ya durante la propia década peronista, el bloquismo había quedado relegado a un segundo lugar en las preferencias populares en San Juan, más allá de haberse disuelto por la propia voluntad de sus máximos dirigentes y acoplado a la causa política del nuevo movimiento nacional liderado por el general Perón. Sin embargo, la inacabada experiencia frondizista (UCRI) -golpe mediante- y la proscripción del peronismo, traería el bloquismo nuevamente al primer lugar.  

En 1955, Federico Cantoni había tomado ya alguna distancia del peronismo, y hacia fines de ese año se lanzó a la difícil tarea de recomponer su propio partido. Muchos bloquistas de la primera hora se habían incorporado al movimiento peronista y no volverían ya a las filas cantonistas. Elio y Aldo Cantoni habían fallecido, por lo que la tarea de refundar la Unión Cívica Radical Bloquista (UCRB) encontró a Federico Cantoni prácticamente solo en la conducción. 

Dadas sus dotes oratorias, y a falta de la posibilidad de realizar grandes concentraciones de personas por las limitaciones institucionales de la época, la radiofonía ayudó a don Fico de manera particular en su tarea propagandística. Sin embargo, su fallecimiento el 22 de julio de 1956, dejó al bloquismo sin su líder, nervio y motor, si bien había dejado un partido en avanzado proceso de reorganización.

A pesar de la conmoción política interna que significó la muerte del caudillo popular sanjuanino, el bloquismo pudo imponer en el primer lugar sus candidatos a la Asamblea Constituyentes de 1957, convocada por el gobierno militar. No obstante, debido al desorden que primó en las sesiones para anular la Constitución de 1949 y formular otra en su lugar, en medio del desinterés general, ya sin quórum, en noviembre del mismo año 1957 la Convención clausuró sus sesiones. 

Tres meses antes, el bloque mayoritario constituido por la Unión Cívica Radical Intransigente (Frondizi), que se había escindido de la UCR del Pueblo (Balbín), había abandonado las deliberaciones. El final de la Asamblea Constituyente, aunque logró cambiar la Constitución del ‘49, dio la pauta de que las elecciones convocadas para el 23 de febrero de 1958 no resultarían del agrado del régimen ni como los militares "gorilas" las pretendían y preveían. 

El triunfo de la UCRI en las elecciones nacionales y provinciales fue un llamado de atención para el bloquismo y lo confirmó en la necesidad de un nuevo liderazgo. Esa necesidad impuso como conductor al Dr. Leopoldo Bravo, que reunía en sí mismo las cualidades necesarias para serlo: había estaba unido a Federico Cantoni desde siempre y ligado a la trayectoria del bloquismo a través de don Fico, y con él a la política y a la diplomacia argentina en la Unión Soviética desde muy joven. 

Durante aquella primavera de 1957, Bravo se convirtió en el nuevo líder del bloquismo y lo fue con toda legitimidad y éxito hasta el final. A partir de entonces, la historia del bloquismo se confundió simbólica y prácticamente con la historia de su nuevo líder.

Para las elecciones de 1958, proscripto el peronismo, desde el exilio, Perón se vio obligado a apoyar una de las fórmulas electorales en danza e hizo un acuerdo con aquella que le resultaba más cercana programáticamente a nivel nacional. Así la UCRI obtuvo un triunfo contundente tanto en la Nación como en la provincia y el bloquismo debió declinar sus aspiraciones, no obstante ver que estaba nuevamente en actitud de competir electoralmente. Por su parte, Bravo ya mostraba sobradas condiciones para conducir el bloquismo a la victoria. 

Después de la caída del gobierno de la UCRI y el nuevo llamado a elecciones nacionales y provinciales durante ese mismo año de 1962, el bloquismo, junto al peronismo proscripto, mostró su capacidad y potencialidad para volver al primer lugar de la escena política provincial con la fórmula Leopoldo Bravo - Miguel Lorenzo Fernández (secretario general de la CGT San Juan). 

Así el Dr. Leopoldo Bravo confirmó su liderazgo partidario y popular. Aunque esas elecciones de 1962 ganadas por el bloquismo fueron anuladas, del mismo modo que lo fueron las elecciones a nivel de algunas otras provincias (por haber ganado el peronismo en la provincia de Buenos Aires), inmediatamente se gestó otro proceso electoral. 

En nuevas elecciones, con el peronismo proscripto todavía, el 12 de octubre de 1963 llegó a la presidencia de la Nación el Dr. Arturo Illia (UCRP) y a la gobernación de San Juan el Dr. Leopoldo Bravo, esta vez acompañado de Aldo Cattani, un partidario bloquista con apellido de vieja tradición cantonista, imponiéndose, entre otros, a la fórmula Radical del Pueblo de Héctor Seguí y Mario Gerarduzzi.

El primer gobierno del Dr. Leopoldo Bravo

El 12 de octubre de 1963, Leopoldo Bravo asumió el primero de sus tres mandatos como gobernador de San Juan (1963/66, 1981/82, 1983/85). 

Bravo con Alfonsín en la visita del presidente radical a San Juan.

Sin duda, la creación de la Corporación Agroeconómica Vitícola y Comercial (CAVIC), moderna bodega estatal, fue la principal de una serie de obras de su gobierno, orientadas a remover los factores del estancamiento estructural sanjuanino, aunque los bodegueros se sintieran perjudicados con su creación. Aquel viejo depósito que el nuevo bloquismo recuperó, era elocuente testigo del abandono de treinta años en el que había quedado la vieja Bodega del Estado creada por el cantonismo histórico. 

Si bien la CAVIC era del Estado provincial, su administración y conducción fue entregada a los propios viñateros (un total de 9.000 productores), que eligieron sus autoridades y la pusieron en marcha en momentos bastante difíciles para la industria. La puesta en marcha de CAVIC disipó una tremenda crisis y logró cumplir con los objetivos de levantar toda la cosecha, obtener un buen precio por la uva, industrializarla en la propia bodega del Estado y vender el vino a los centros de consumo del país. A partir de entonces, CAVIC le daría el nombre a esa famosa marca de vino sanjuanino durante muchos años. El primer presidente de la empresa fue don Baltazar Zapata, viñatero de conocida militancia peronista, lo que ayudó a entender que dicha creación no era un instrumento de poder del gobierno bloquista -aunque le dio mucho prestigio- sino de la provincia toda para defender sus intereses económicos.

Tal como había ocurrido en los gobiernos de los hermanos Cantoni, la obra pública concitó la mayor atención del gobierno bloquista. La idea principal fue comunicar las distintas zonas de la provincia entre sí y a ésta con el resto del país. De esa estrategia resultó el aeropuerto Las Chacritas, que integró a San Juan en los vuelos de cabotaje nacional (más tarde declarado internacional); el Puente Las Hornillas, sobre el río Los Patos, que unió Barreal con Calingasta y a San Juan con toda la cordillera y sus zonas de pastoreo. Así también se construyeron 200 km de rutas provinciales; se resolvió la incomunicación con el centro del país, contribuyendo con partidas provinciales a la terminación de la ruta "Tello-Milagro", que había quedado interrumpida por desinterés de las otras provincias en dicha inversión; lo mismo sucedió con la terminación del camino a Chile por Agua Negra, que acercaba San Juan al Pacífico, que hoy resulta una demostrada necesidad, pero entonces no era sino una inversión innovadora. El camino de Agua Negra se había comenzado en la época de Cantoni. En esta oportunidad se ejecutaron 170 km más y 50 km ya en territorio chileno. Ese camino y la completa integración con Chile y el Pacífico esperan su definitiva terminación. 

En materia turística, el 12 de mayo de 1964, el gobierno bloquista realizó la inauguración simbólica de las obras de construcción del Hotel Provincial en pleno centro, con 130 habitaciones; se reformó y amplió el Hotel Pismanta en el departamento Iglesia, famoso por sus aguas termales al pie de la cordillera; se construyó la Hostería de Valle Fértil y se construyó la Hostería de Agua Hedionda en Jáchal.        

A nivel deportivo y recreativo se diseñó y construyó íntegramente el autódromo El Zonda, sobre las faldas del cerro del mismo nombre en el Parque Federico Cantoni, donde se han corrido importantes premios nacionales e internacionales y se realizó con inusitado brillo hasta no hace mucho la Fiesta Nacional del Sol, incorporada al calendario nacional de fiestas provinciales y populares. 

Al mismo nivel se construyó el Estadio Cerrado Aldo Cantoni, que desde entonces ha sido sede de campeonatos y acontecimientos provinciales, nacionales e internacionales, que han incorporado a la provincia a la agenda mundial de deportes como el hockey sobre patines (en sus distintas categorías y géneros), que enorgullece a los sanjuaninos que lo practican desde muy pequeños y que lo han potenciado a nivel mundial con la triple obtención en ese estadio, en noviembre de 2022, de los campeonatos mundiales Sub 19, de Mayores Varones y de la selección nacional de Mujeres (la mayoría sanjuaninas), conocidas popularmente como Las Águilas. 

Para una provincia como San Juan, para la que "el agua es todo", el bloquismo amplió e impermeabilizó gran parte de la red de riego con el fin de combatir la aridez del terreno y apoyar la producción agrícola.

Además de prestar mucha atención a la educación común, laica y gratuita, con la construcción de decenas de escuelas y la erradicación de escuelas rancho, así también, siguiendo el precepto constitucional, el bloquismo apoyó la construcción y/o terminación de varios templos del culto católico (religión centenaria del pueblo sanjuanino), entre ellos la moderna Catedral de San Juan, en especial la construcción de su cripta.

En cuestión de viviendas, el bloquismo completó un capítulo aparte para paliar las carencias habitacionales que, desde el terremoto de 1944, debido a un sinfín de desinteligencias políticas, no terminaba de ser suficientemente encarada en la capital de la provincia. Una serie de monoblocks de prolija factura cambiaron la silueta de la Capital, mientras que en los barrios se llegaron a construir 6.000 viviendas. A comienzos de 1966 se instituyó un sistema de ahorro y préstamo para vivienda que, a poco de caer el gobierno legal, fue abandonado. Aunque la preocupación por la vivienda sería una impronta en los tres gobiernos bloquistas.

Otra gran preocupación del primer gobierno del Dr. Leopoldo, como lo fue históricamente para los gobiernos populares y progresistas, fue la consecución de proyectos que procuraban la transformación agrícola e industrial de la región, en los que el riego y la energía cumplían un rol relevante. Fue así que en el gobierno de 1963 – 1966 se construyeron los diques Los Cauquenes y el de Pedernal, este último regulador del riego, aunque de azaroso desarrollo a través del tiempo. Poco antes del golpe juniano del ‘66, uno de los últimos actos del gobierno bloquista fue la adjudicación de la presa El Horcajo, obra que, como otras, solo tendrían continuidad en otros gobiernos bloquistas y/o peronistas.

La acción política del Dr. Leopoldo Bravo a nivel nacional

Producida la llamada "Revolución Argentina" de 1966 que derribó al gobierno del Dr. Arturo Illia y con él a todos los gobiernos provinciales, incluido el del Dr. Leopoldo Bravo, y ya pasado el período más confrontativo del general Juan Carlos Onganía y el breve período irresoluto del general Marcelo Levingston, sobrevino una etapa más política, que derivó en la salida electoral de 1973 y la vuelta del general Juan Perón al país -arrancada por el pueblo a la dictadura a partir de la rebelión popular de mayo de 1969-, aunque con la trampa de no permitirle al líder popular ser candidato en aquellas elecciones por no haber estado presente en el país antes de la fecha de cierre de candidaturas, según le exigía una dictadura al gran exiliado que el pueblo pedía que ¡Vuelva! 

Lo cierto es que, legalizada otra vez la actividad política, aunque con la inhabilitación de Perón para ser candidato, el gobierno del general Lanusse le propuso al Dr. Bravo -que era el único político provincial que integraba el frente multipartidario La Hora del Pueblo- ser candidato a vicepresidente del que por entonces aparecía como el delfín de la "revolución" militar: el brigadier Gustavo Martínez Zuviría. Después de la consulta protocolar a su partido, el Dr. Bravo aceptó formar parte de la fórmula de la Alianza Republicana Federal.

La estrategia del gobierno militar estaba totalmente desfasada de la realidad y de las necesidades populares, y Bravo equivocó el camino, tal vez llevado por la posibilidad de ubicar a su partido y a su provincia en un lugar destacado de la escena nacional, sin pensar en las circunstancias especiales que envolvían al país después de siete años de gobierno militar, de 18 años de exilio del político más popular de la segunda mitad del siglo  XX y de tantos retrocesos políticos, económicos y sociales a nivel general del país después de 1955. 

A nivel nacional, el 11 de marzo de 1973 triunfó holgadamente el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) con la fórmula Héctor J. Cámpora - Vicente Solano Lima (49,5%), al lado de un magro resultado de la Alianza Republicana Federal (2,9%), aunque en San Juan debió haber ballotage, porque el bloquismo, con la fórmula Eduardo Bazán Agrás y Domingo Rodríguez Castro había superado en la primera vuelta al FREJULI por 72.497 votos contra 68.038 de la fórmula Eloy P. Camus y Francisco Aguilar. 

En la segunda vuelta en San Juan, la tercera fuerza en discordia -la Cruzada Renovadora, un partido provincial- se volcó a favor del FREJULI, permitiéndole a este frente alcanzar la victoria. No obstante, a menos de dos meses del rotundo fracaso de su aventura electoral a nivel país, Bravo fue elegido en la Legislatura Provincial como Senador Nacional por la provincia de San Juan. 

Refiere Adelmo Zelmar Barbosa, autor de "El federalismo bloquista. Bravo o el paradigma político", libro que hemos consultado atentamente, que, en esta ocasión, con el ingreso del Dr. Leopoldo Bravo al Senado de la Nación, el bloquismo vengaba el grave desaire que había recibido injustamente el Dr. Federico Cantoni -fundador del partido- al ser rechazado su diploma como senador nacional en dos oportunidades durante la década del 20, en pleno gobierno radical.

En la etapa que va entre el golpe de Estado que derribó al presidente Illía y al gobernador Bravo de San Juan y la vuelta a la democracia en 1973, se produjo el gobierno de un hombre que sería dos veces gobernador y luego también senador por San Juan: el Dr. Carlos Enrique Gómez Centurión (geólogo).  

El Dr. Carlos Enrique Gómez Centurión, el Dique de Ullum y el Plan Huarpes

En 1970, habiendo sido desalojado del poder el dictador Onganía después de las grandes sublevaciones del Interior del país, que incluyeron a San Juan, el siguiente presidente de facto, general Marcelo Levingston, con una visión más nacional de la cosa pública, le ofreció la gobernación de San Juan al Dr. Carlos Enrique Gómez Centurión. Según se sabe, Gómez Centurión le contestó: "Yo acepto ser gobernador si sólo se me garantizan los fondos para la construcción del dique de Ullum". Y aunque no fue esa la reacción que los dueños del poder esperaban, finalmente fue designado gobernador de San Juan y ejerció esa investidura entre 1971 y 1973, año este último en el que el país volvió a la normalidad institucional, consiguiendo los fondos para comenzar la obra que se había propuesto.

Enrique Gómez Centurión.

En efecto, el Dique de Ullum fue una de las grandes iniciativas imaginadas y llevadas a cabo por la visión, el empuje y la iniciativa política del Dr. Gómez Centurión. De hecho, consiguió los fondos suficientes para ejecutar el dique que desde más de un siglo atrás habían imaginado construir para la provincia sus antecesores, y proyectó los diques de Punta Negra y Caracoles, levantando los cimientos además del Centro Cívico, obra que el gobierno constitucional de 1973 prosiguió hasta casi finalizar, y que, después, otra dictadura y diversos gobiernos convirtieron en aquel vergonzoso "monumento a la desidia" por 30 años, hasta que un nuevo gobierno nacional durante la gestión presidencial de Néstor Carlos Kirchner y la gobernación de José Luis Gioja la concluyó y la puso a disposición de los sanjuaninos, tal cual lo conocemos ahora. 

El Plan Huarpes fue otra de las buenas y grandes iniciativas del inquieto geólogo. El 4 de agosto de 1972, ya durante la presidencia de facto del general Agustín Lanusse, a través del decreto reglamentario 5035/72 de la ley 19.375, se creó la Comisión encargada de hacer efectivo el cumplimiento del Plan Huarpes (plan de promoción industrial) en la provincia de San Juan, con diversos beneficios impositivos, deducciones y exenciones y la creación de líneas crediticias para las empresas acogidas a dicho plan

En el marco de una fuerte crisis del modelo vitivinícola y la necesidad de diversificar la producción, resultaban promovidas por este régimen las nuevas actividades no vitivinícolas; la ampliación de actividades extractivas o industriales no vinícolas existentes; nuevas actividades mineras o conexas con la minería; nuevas explotaciones rurales no vinícolas que se ubiquen en zonas ecológicamente adecuadas; y nuevas actividades de hotelería. 

El Plan Huarpes preveía otorgar los siguientes beneficios: a) Hasta 100%: para actividades industriales nuevas que se radican en los departamentos: Valle Fértil, Iglesia, Jáchal o Calingasta; b) Hasta 100%: para actividades industriales nuevas que se instalaren en parques industriales ubicados en cualquier punto del territorio provincial; c) Hasta 100%: para explotaciones nuevas correspondientes a los ramos de: Hotelería, minería o actividades rurales no vitícolas, cualquiera fuere el lugar de su radicación dentro de la Provincia; d) Hasta 70%: para ampliación de actividades existentes, no vitivinícolas, sean industriales, mineras o rurales; e) Hasta 70%: para toda otra actividad productiva nueva que se instalare en cualquier lugar del territorio provincial.

Con buena previsión y protección hacia la industria nacional en la provincia, el Plan Huarpes también preveía que la importación fuera permitida "siempre que los bienes a introducir fueran nuevos y no se fabriquen en el país, o no puedan ser fabricados con las exigencias tecnológicas que los proyectos exijan". La concesión de esta franquicia "estaba sujeta a la comprobación del debido destino de los bienes y limitada a los 180 días posteriores a la fecha de la puesta en marcha de la actividad de que se trate".

Asimismo, dado su interés por el desarrollo integral de San Juan, el Dr. Gómez Centurión fue un gran impulsor de la minería, y, años después, en su mandato como gobernador constitucional por el bloquismo en 1987, crearía el Instituto Provincial de Exploraciones y Explotaciones Mineras (IPEEM).

La segunda gobernación del Dr. Leopoldo Bravo

La segunda gobernación del Dr. Leopoldo Bravo en San Juan estuvo precedida por sus designaciones como Embajador en Rusia en 1976, primero; su nombramiento como Embajador en Roma en 1981, seguidamente; y por el gobierno del Dr. Domingo Rodríguez Castro, veterano dirigente bloquista, en la gobernación de San Juan. 

Rodríguez Castro había sido designado por el general Roberto Viola, que había sucedido al general Videla en 1980 en la Presidencia de la Junta de comandantes, y pretendía emprolijar los desmanes de los cinco años anteriores, a través de gobiernos provinciales de facto con raíz popular, pero que no pertenecieran al movimiento que las FF.AA. habían venido a desalojar del poder, o sea el peronismo. Dicha estrategia podría verificarse exitosa en las elecciones de apenas tres años después, con la llegada al gobierno del Dr. Raúl Alfonsín, radical. 

En 1981, reemplazado Viola por el general Leopoldo Fortunato Galtieri y estando muy cuestionado Rodríguez Castro hasta por los mismos bloquistas, Galtieri hizo el llamado pertinente a Roma, convocando a Leopoldo Bravo para resolver la "cuestión San Juan". Al llegar a San Juan, Bravo reconoció la crítica situación política por la que pasaba el gobierno provincial, en un país que ya había comenzado a hacer política a pesar de todas las prohibiciones y que exigía apuntar más alto en la gestión gubernamental si es que el bloquismo quería llegar con mayores posibilidades al seguro proceso electoral que se advertía en el horizonte, dada la pronunciada decadencia del gobierno militar ya para este año.

Bravo fue gobernador por segunda vez desde el 15 de enero de 1982 hasta el 7 de diciembre de ese mismo año, debiendo afrontar la Guerra de Malvinas desde la más alta función provincial, acompañando al pueblo sanjuanino en su apoyo a la gesta del Atlántico Sur contra los piratas ingleses, como lo puede constatar este autor, que asistió a la Casa de Gobierno invitado a una velada de apoyo a nuestros soldados durante aquella gesta antibritánica en carácter de dirigente del Frente de Izquierda Popular (FIP) de Jorge Abelardo Ramos, uno de los pocos partidos que reivindicaba incondicionalmente la recuperación y defensa patriótica de nuestras Islas Malvinas, más allá de su enfrentamiento con la dictadura desde el mismo 24 de marzo de 1976. 

Felipe Bittel, Abelardo Ramos, Américo García, Saul Ubaldini y Carlos Amoedo en Malvinas después de la recuperación.

Pasada la guerra, y con la desmalvinización adviniente, el Dr. Bravo renunció a su cargo y se dispuso a ser el árbitro del proceso electoral que se avecinaba y que lo tendría a él como candidato de su partido. A pedido del líder bloquista, el general Romualdo Bignone -último presidente de facto- designó como gobernador a otro bloquista, el doctor Eduardo Alfredo Pósleman, que había sido ministro de Gobierno del gobernador saliente. 

En octubre de 1983, cuando en casi todo el país el radicalismo triunfó dejando en segundo lugar al peronismo, en San Juan, Leopoldo Bravo fue elegido gobernador constitucional por el voto popular, dejando al radicalismo en tercer lugar. La novedad de esta elección respecto al pasado fue que esta vez los bloquistas se inclinaron por el presidente radical -aconsejando votarlo para presidente- dándole el triunfo en San Juan al Dr. Ricardo Alfonsín.

Por tercera vez gobernador

Dadas las circunstancias políticas de ese momento, la tercera gobernación de Bravo (1983 – 1985) tuvo muchas particularidades, no pudiendo alcanzar tampoco el nivel de su primera gobernación histórica ni hacer despegar el avión de las realizaciones de otras épocas. Era evidente que el país había retrocedido demasiado.

Los sanjuaninos brindaron su apoyo a Bravo como Gobernador, pero eligieron diputados nacionales a los candidatos radicales, quedando el bloquismo en tercer lugar detrás del peronismo. La alquimia electoral, por imperio del sistema de votos por circunscripciones, hizo que el Poder Legislativo de San Juan (Unicameral) resultara integrado en su casi totalidad por bloquistas: sobre 30 bancas, 26 fueron bloquistas, 3 justicialistas y una de la UCR. Con esa mayoría, los dos senadores que San Juan eligió para el Congreso de la Nación fueran bloquistas: Carlos Gómez Centurión y Francisco Gil. 

Ante esa situación de monopolio político, el bloquismo concibió una Reforma Constitucional, como lo había hecho en 1927, año histórico para su partido. Aunque "lejos estaba de sospechar -comenta el historiador que consultamos- que, por los avatares propios de la vida política, la nueva Constitución de San Juan sería obra de los radicales", que ganarían ampliamente las elecciones para Constituyentes. 

Si bien en épocas del bloquismo histórico los gobiernos cantonistas no se habían alineado con el gobierno nacional por las razones que hemos apuntado en su momento, evidentemente había un cambio tanto de posición como de estrategia en el bloquismo durante el gobierno alfonsinista, de concordancia y acuerdos con el gobierno nacional, a pesar de sus divergencias con el radicalismo local. 

En el conflicto con Chile por el Beagle, cuando en 1984 el gobierno radical planteó la consulta popular para resolver la cuestión limítrofe, el bloquismo se alineó del lado de la postura oficial. En 1985, tampoco el bloquismo tuvo reparos para con el Plan Austral. 

Esa política no tuvo electoralmente los resultados que el bloquismo esperaba, y en los comicios de 1985 para renovar los legisladores nacionales, cuando el partido de Bravo esperaba conquistar dos bancas, no conquistó ninguna. El radicalismo ganó ampliamente esas elecciones. El Dr. Bravo tomó como un rotundo fracaso las elecciones legislativas de aquel año, cuando en realidad habían sido ratificados los resultados de 1983. En el medio, el bloquismo no había estado a la altura de sus antecedentes históricos y políticos. Bravo, cuya investidura no estaba en juego, sostiene Zelmar Barbosa, tomó la derrota de su partido como una desautorización personal y presentó la renuncia. Evidentemente, algo andaba mal en el bloquismo.

El conductor decidió bajar al llano y reorganizar el septuagenario partido. Hecho esto, se aprestó a volver a la política y lo hizo siendo elegido Senador Nacional por San Juan el 10 de diciembre de 1986. 

El líder bloquista llegó al Senado cuando el proyecto a tratar era el de "Punto Final". Su trayectoria de acercamiento a los militares en los años de dictaduras no le permitiría esta vez estar del lado de la posición oficial, pues "el gobierno tenía la intención de descomprimir el frente militar, pero al mismo tiempo no quería aparecer como retrocediendo respecto de su política de derechos humanos que le había valido al Presidente el reconocimiento de las organizaciones defensoras de esos derechos en diversas ciudades del mundo". 

Recién asumida su banca, Bravo presentó su propia propuesta en el Senado de la Nación el 11 de diciembre de 1986. La llamó Proyecto de Reconciliación Nacional. De hecho, planteaba una amnistía. 

El Congreso sancionó finalmente la ley 23.492 de "Punto Final", sin serlo, pues volvió a agitar las aguas del frente militar. Se necesitó una segunda ley después de las rebeliones militares para terminar momentáneamente el conflicto con el frente militar activo: la ley de "Obediencia Debida", que más tarde también sería derogada durante el gobierno de Néstor Carlos Kirchner. 

El Partido Bloquista viviría todavía algunas otras peripecias electorales durante la década del 90 y principios de la siguiente. A fines del siglo XX y principios del XXI integraría la fórmula de la Alianza en San Juan junto a la Cruzada Renovadora. 

La crisis argentina y la debacle del gobierno aliancista conformado en San Juan por la Cruzada Renovadora y el Partido Bloquista, en 2002 arrastraría el gobierno del Dr. Alfredo Avelín, que después de un juicio político debería dejar el cargo, siendo reemplazado constitucionalmente por el Dr. Wbaldino Acosta, su vicegobernador bloquista, transcurriendo así la última etapa en el gobierno del que alguna vez llegó a ser un partido de poder en la provincia y genuina expresión de la política sanjuanina.   

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