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Viernes 20 de Septiembre, 2024
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Historia

¿Quien es Santi? El hincha de Unión del que se burló el jugador de San Martín

El viernes Emanuel Yori, jugador de San Martín, se burló de Santi el niño que lo esperaba para saludarlo. Detrás de ese chico de 13 años hay una historia para contar.

Santi es fanático de Unión y de los árbitros. Tiene en su dormitorio varios banderines que le regalaron árbitros que fueron a dirigir.

Beatriz tomó su celular el sábado por la mañana cuando se sentaba a tomar mates porque no paraba de sonar con notificaciones. No era su cumple, tampoco un aniversario, pero le extrañó ver varios mensajes de whatsapp. En todos, el contenido era el mismo.

Las lágrimas de Beatriz empezaron a correr por su mejilla, su esposo y su hijo Hernán la miraron angustiados. Santi, que estaba a su lado la miró y con su mano izquierda le secó una lágrima y con la derecha la abrazó.

Beatriz respiró profundo y salió gambeteando como lo hacía Hernán en la cancha, habló de otro tema y lo sucedido paso inadvertido. Pero eso fue hasta que Hernán y su padre en su teléfono también recibieron el mismo contenido.

Ninguno podía entender el nivel de maldad en lo que veían. Ese video de 40 segundos golpeaba a la familia Verón.

Con el paso de las horas como todo lo se que sube a las redes sociales se viraliza y puede matar a una persona literalmente.

El lunes apareció en todos los diarios y ya no había forma de volver atrás. Santi se empezaba a conocer, pero no como hubiera querido su familia porque detrás del Santi que fue burlado por el jugador de San Martín Emanuel Yori, hay una historia de amor para contar.

Santi tiene un retraso madurativo, empezó a caminar a los 3 años, pero fue porque sus padres le entregaron tanto amor y motivación que lo consiguieron. Afectado en el lenguaje Santi no habla, pero escucha perfecto y se hace entender por señas. Lo único que dice es: HERNÁN, el nombre de su hermano.

Santi es fanático de Unión de Villa Krause

Santi no se puede quedar quieto, está en constante movimiento y por eso quien lo ve siempre está moviendo su cuerpo en un vaivén hacia adelante y atrás.

Santi vivió sus primeros años de vida en ruta 40 y 8 donde se acostumbró a la soledad y al poco intercambio. Le costaba estar en los lugares con mas de 10 personas, el ruido le molestaba. Pero hace dos años y medio se vinieron a vivir la casa que está dentro del club Unión de Villa Krause. Sus padres tenían el miedo al cambio, pero jamás imaginaron lo que vendría.

En Posición adelantada quedó Emanue Yori al burlarse de Santi. De todas maneras Santi lo único que le marca con su banderín que está feliz de ser lo que es.

Santi pasó del silencio en una finca al retumbante grito de una hinchada. De estar solo con su familia a verse rodeado por desconocidos todo el tiempo.

Su primera reacción llamativa fue cuando veía a los árbitros correr por la línea. Pegado contra el alambrado los seguía y levantaba el pañuelo que le daba su madre para que guardara en su bolsillo.

Los primeros signos de superación y cambios se empezaron a vislumbrar en su rostro. Cada día que había partidos no paraba de sonreir, se ponía el equipo de Unión de Villa Krause con botines incluidos y seguía los partidos con la pasión de los hinchas y gritaba los goles como si fueran una final. La pasión por los colores azules lo llevó a interactuar con la gente sin temores.

Si hasta se animaba a esperar a los visitantes para saludarlos. Algunos le extendían la mano, otros lo ignoraban. Entraba a la cancha con los jugadores de Unión solo para sentir la ovación.

En su cumple número 12 sus padres le regalaron una maqueta del lugar donde es feliz: el estadio 12 de octubre.

Los progresos en lo personal se comenzaron a ver. Comenzó la escuela y tratamientos con fonoaudiólogos y psicólogos, pero la mejor terapia la recibe cada fin de semana cuando hay partido en el club, sin importar de que te categoría o liga. Su increíble amor y pasión lo llevaron a ser feliz.

Santi no tiene idea de lo que pasó el viernes, ni de la disculpas  de Emanuel Yori, ni de su salida delClub club Verdinegro. En su corazón no existe la maldad, solo el amor y seguramente si volviera por el club estará por allí esperando para saludar y para sonreir, como lo seguirá haciendo con cada uno de los que llegue al club, porque el club Unión de Villa Krause tiene al anfitrión más especial del mundo. 

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