Aumentan los casos de fiebre hemorrágica argentina: de qué se trata
El Boletín Epidemiológico Nacional informó un brote de la enfermedad. Hay varias provincias que tienen casos de esta infección. Cuáles son los síntomas y las medidas de prevención.
Este año, Argentina enfrenta un brote epidémico de fiebre hemorrágica argentina (FHA), conocida popularmente como "mal de los rastrojos", con un preocupante saldo de 33 casos confirmados y 6 muertes reportadas hasta la segunda semana de julio, según el último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación.
La FHA es una enfermedad endémica de la región de la pampa húmeda argentina, causada por el virus Junín, cuyo reservorio natural es el ratón de campo o maicero (Calomys musculinus). Esta infección se transmite a los humanos principalmente por inhalaciónde aerosoles contaminados o a través de pequeñas heridas en la piel o mucosas.
El 51,5% de los casos se han registrado en la provincia de Buenos Aires, especialmente en el partido de San Nicolás, mientras que el 45,5% restante ocurrió en la provincia de Santa Fe.
La Dra. Fernanda Ferrer, miembro de la Comisión de Enfermedades Emergentes de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), enfatizó la importancia de la vacunación como medida preventiva: "La vacuna contra la FHA no erradica la enfermedad pero puede controlar su propagación. Es fundamental que las personas de 15 años y más que viven, trabajan o transitan áreas endémicas en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa se vacunen en los vacunatorios públicos".
Ferrer expresó preocupación por el aumento de casos este año en comparación con 2022, cuando se registraron 39 casos para el mismo período. "Los casos ocurren en personas no vacunadas, lo cual subraya la importancia de la inmunización para prevenir la enfermedad", añadió.
La experta también señaló que varios factores pueden contribuir al aumento de casos, incluyendo condiciones ambientales, socioeconómicas y epidemiológicas.
La FHA, considerada una zoonosis, fue descrita por primera vez en 1958 en la provincia de Buenos Aires. A pesar de algunos mitos sobre su prevalencia limitada a trabajadores rurales, sigue siendo una amenaza para la población general que reside en áreas endémicas, destacando la necesidad continua de vigilancia y medidas preventivas adecuadas.