El calvario de una sanjuanina: su pareja le pegó
Un hombre llegó a su hogar , le empezó a pedir dinero a su pareja y terminó golpeándola salvajemente.
El pasado 27 de junio de 2024, a las 12:00 horas, en una tranquila finca en Albardón, San Juan, el día se tornó en una pesadilla para una mujer en manos de su pareja, un hombre identificado como Ariel Maximiliano Fregenal. La calma del lugar, ubicado en la calle Rawson antes de Nacional, se rompió abruptamente por un episodio de violencia doméstica.
La víctima, acompañada por su pareja en la casa donde su padre trabaja como casero, se enfrentó a un ataque repentino. Fregenal, en un estado de furia incontrolable, comenzó a exigirle dinero con amenazas de muerte. La víctima, aterrorizada, intentó refugiarse en el baño, pero fue alcanzada rápidamente por Fregenal, quien la agarró del cabello y le propinó varios golpes.
En su violento frenesí, Fregenal arrebató el celular de la mujer y lo arrojó al suelo, causando daños significativos en el templado, el cristal y la funda del dispositivo. No contento con eso, Fregenal también dañó sus vestimentas, un espejo de la habitación y una mesa del comedor en su frenética búsqueda de dinero.
En un momento de desesperación y valentía, la víctima logró recuperar su celular del suelo y salió de la casa para llamar a la policía. En cuestión de minutos, un móvil policial llegó al lugar y los oficiales procedieron a la detención de Fregenal.
Los agentes en la escena se comunicaron de inmediato con la Unidad de Abordaje Territorial y el Ayudante Fiscal de Turno, quienes se presentaron en el lugar para iniciar el procedimiento de Flagrancia. Fregenal fue notificado de su situación procesal y de sus derechos a la defensa.
La víctima fue trasladada a la Unidad Fiscal de Investigaciones (UFI) CAVIG, donde recibió atención médica y presentó una denuncia penal. La intervención rápida y decisiva de las autoridades permitió que el caso avanzara con celeridad.
En un juicio abreviado, Fregenal fue condenado a seis meses de prisión condicional. Además, se le impuso una prohibición de acercamiento y contacto con la víctima, así como de realizar cualquier acto turbatorio hacia ella.
