Un ACV fue el click para afrontar el desafío de emprender

Era el sueño de su abuelo y ella lo cumplió. Por eso lo llamó La Granja del Tata, un emprendimiento familiar que le costó iniciar, pero que hoy, haciendo una mirada retrospectiva, Anabella Quiroga, cae en la cuenta que está a un mes de cumplir un año de aquella temida decisión.
Anabella cuenta que se instaló en Huaco (Jáchal) , hace 10 años, tras el fallecimiento de su abuelo Juan Gaitán, que siempre soñó con construir un camping y hasta cavó la fosa para instalar una pileta. Su nieta, nacida en Chilecito, La Rioja, pero viviendo por casi una década en Río Gallegos, decidió radicarse en Huaco para cuidar a su abuela que acababa de enviudar.

"Vendía ropa, perfumes pero siempre rondaba en mi cabeza la idea de armar algo en el terreno que dejó el Tata", a tan sólo 600 metros del Viejo Molino de Huaco que tanto inspirara a Buenaventura Luna.
Fue hace dos años cuando Anabella sufrió un ACV y el médico le recomendó que no se "diera tanta manija, que pusiera la mente en otra cosa". Fue el momento de planteárselo a su esposo y pusieron manos a la obra. A los animales que ya habían le fueron sumando otros y con los mismos recursos que hay en lugar fueron armando las estructuras, con maderas y palos de los propios árboles ampliaron los corrales para los animales, armaron mesas y bancos y diagramaron circuitos para cabalgatas.

Como no tenía opciones para promocionarse, Anabella recordó que diseñó un rally de burros, que tuvo una gran convocatoria y fue todo un éxito. "Cuando empecé no tenía nada y para esto es muy importante la publicidad. Ahora cuento con redes sociales pero lo más importante es la promoción que se hace boca a boca. Acá vino gente de España, Alemania, Francia y Colombia, se van encantados por la tranquilidad y la belleza del lugar", comenta.

La misma demanda la impulsó a sumar hospedaje y hasta comida para los viajeros. "Contamos con unas 15 camas y preparamos comidas para ofrecerles y también tienen la opción de adquirirla a otras emprendedoras del pueblo que invito para que ofrezcan sus productos".

No le alcanza el tiempo para cuidar de los animales y al mismo tiempo atender a los visitantes. Hay gallinas, patos, ganzos, tortuga, hunter, codorniz, conejos, caballos, chanchos, ovejas, cabras. Se pueden realizar cabalgatas que incluyen ponys para los niños más pequeños, todo enmarcado dentro de un agreste terreno a la sombra de olivos. Es camping y granja con hospedaje a un paso del histórico Molino Viejo y enfrente del club de fútbol Buenaventura Luna y la planta potabilizadora de OSSE.

A quienes les interese más información pueden acceder a través de camping y granja El Tata en facebook, Instagram, Tik Tok, Google Maps o al teléfono 02646214249.
"A la gente que viene de otros lugares les sorprenden las cosas que son comunes para nosotros, la casa amplia, alta y de adobes, el brasero, la comida, los animales. Todo lo hacemos a pulmón, echando mano a lo que tenemos. Si tuviéramos más recursos o más apoyo seguramente nos iría mejor, pero seguimos adelante", concluye satisfecha por haber cumplido el sueño del Tata.