Quiso llevarse herramientas, pero no era un trabajador
Lo engancharon con las manos en la masa y este viernes lo condenaron.
En un incidente ocurrido el 11 de junio de 2024, a las 9:40 a.m., Roberto Carlos Robledo Molina aprovechó una oportunidad para cometer un hurto en la intersección de las calles Saturnino Sarasa y Anacleto Gil. Robledo se acercó a una camioneta Ford Modelo F100, que se encontraba sin medidas de seguridad, y sustrajo una caja negra que contenía un martillo percutor marca Stanley de 12 kilogramos, color amarillo, antes de huir del lugar.
El acto no pasó desapercibido; una transeúnte y el dueño de un café cercano observaron el robo y alertaron a las personas presentes en el establecimiento. Al enterarse del incidente, el propietario del martillo, junto a unos amigos, persiguió al ladrón sin éxito. Al regresar al café, el dueño del establecimiento identificó al autor como Roberto Robledo y proporcionó su dirección.
El damnificado llamó al 911, y la policía se dirigió al domicilio del sujeto. Fueron atendidos por la madre de Robledo, quien entregó voluntariamente el objeto sustraído. Posteriormente, se logró la detención de Robledo, quien fue presentado ante el juez de garantías.
En una audiencia realizada el 14 de junio de 2024, Roberto Carlos Robledo Molina, de 36 años, reconoció su autoría en el hecho. A través de un procedimiento de juicio abreviado, se acordó condenarlo a la pena de un mes de prisión de cumplimiento condicional por el delito de hurto simple, en calidad de autor, según los artículos 45 y 162 del Código Penal.
