El combatiente más joven de la Fuerza Aérea en Malvinas y su batalla cara a cara con el enemigo
El sanjuanino luchó cuerpo a cuerpo contra los ingleses, fue clave para prevenir a la base argentina de los ataques aéreos en Malvinas y pasó varios días luchando tras las líneas enemigas. Sufrió heridas desde su primer día en las islas, pero aguantó y dio todo por la Patria.
A 42 años de la gesta histórica por Malvinas, cabe recordar la historia de un héroe sanjuanino que participó en el conflicto. Se trata del capitán retirado Andrés Alejandro Gazzo, de la Fuerza Aérea Argentina, quien al momento del conflicto tenía el grado de alférez, el más bajo en toda la fuerza. Fue el oficial más joven en edad y rango en el conflicto del Atlántico Sur.
Gazzo estaba destinado durante el conflicto en la Base Aérea Militar Cóndor, ubicada en Pradera del Ganso, en la Isla Soledad de las Islas Malvinas. Esta base contaba con aviones Pucará, helicópteros y artillería antiaérea.
"Junto con cuatro alférez más, llegamos a la base para formar la Red de Observadores del Aire, conocida como ‘la ROA’, compuesta por cuatro puestos distribuidos en los 360 grados de la base, a unos 12 a 18 km de distancia", recuerda Gazzo, en diálogo con Zonda Diario.
El trabajo de Gazzo y del soldado que lo acompañaba era detectar cualquier movimiento del enemigo y alertar a la base. Desde su punto hasta la base había solo un minuto y medio, tiempo en el que debían prepararse para repeler o defenderse de un posible ataque enemigo. Gazzo estaba en uno de estos puestos estratégicos que, debido a la geografía del lugar, no podían ser observados por los radares.
Entre el 8 y el 24 de abril, los puestos fueron desplegados, y debido a su juventud, Gazzo tuvo que quedarse en el puesto de comando enlace. "Me había graduado el 15 de diciembre del año anterior y tenía poca experiencia, pero me sirvió para familiarizarme con las cartas topográficas del lugar y para entender cómo se planificaba la artillería antiaérea y los vuelos de los Pucará y helicópteros".
Desde el inicio de la guerra, Gazzo estuvo en combate. Al principio recibió más de 30 heridas tras un ataque de aviones ingleses a la base donde él estaba en la isla Soledad. El 1 de mayo, a las 4:20 de la mañana, se produjo el primer ataque inglés en Puerto Argentino. Tres aviones Harrier enemigos atacaron y fue entonces cuando Montaño, el primer caído en combate de San Juan, perdió la vida. Gazzo también resultó herido en ese ataque, pero se negó a ser evacuado y recibió asistencia médica.
Después del ataque, Gazzo y un soldado fueron enviados a cubrir la posición del Monte Alberdi para alertar sobre posibles futuros ataques. Durante esta misión, Gazzo y su compañero enfrentaron una verdadera odisea y lucha por sobrevivir.
"Una vez que llegamos a la posición, pude avistar aviones enemigos a 35 km de distancia, dirigidos hacia nuestra base. Esta vez pudimos anticiparnos y advertir a la base. Comencé a describir la secuencia de avance en cuanto a distancia y dirección, y las piezas antiaéreas comenzaron a disparar, lo que obligó a los aviones a elevarse para evitar ser alcanzados. Fue entonces cuando el radar los detectó. Cuando abrieron fuego, derribaron el avión del teniente Nic Taylor. Fue un sanjuanino, César Bovina, quien derribó ese avión", recuerda Gazzo.
Gazzo continuó cumpliendo sus funciones y el 17 de mayo, desde su posición, tuvo que enfrentar varias incursiones aéreas inglesas durante la noche. "Con nuestras armas, logramos abortar el bombardeo que iban a realizar contra la base, y los aviones lanzaron todo su armamento y bombas sobre nosotros. Afortunadamente, cayeron algunos metros detrás nuestro, sin causarnos daño".
Con nuestras armas atacamos y logramos abortar el bombardeo que iban a hacer a nuestra base y descargaron sobre nosotros todo el armamento y las bombas que llevaban esos aviones ingleses. Por suerte, cayeron algunos metros detrás nuestro sin consecuencia alguna", recuerda Gazzo sobre un ataque nocturno que evitó
Gazzo reflexiona sobre la vida del combatiente independiente, que es solitaria y agotadora. "No podíamos hacer fuego para no alertar ni ser descubiertos. La temperatura en la montaña oscilaba entre los 17 y los 24 grados bajo cero. Debíamos estar alerta las 24 horas del día, porque éramos los ojos de nuestra base a distancia. Si nos quedábamos dormidos, las consecuencias podían ser letales".
Vio la muerte cara a cara y sobrevivió
Las anécdotas de Gazzo revelan la dureza del soldado argentino. Una noche, aviones británicos pasaron por su posición a baja velocidad, pero Gazzo y su compañero dudaron de sus intenciones y optaron por no atacar, lo que les permitió salvarse. Sin embargo, los soldados que los relevaron al día siguiente fueron atacados en esa posición.
En un acto de valentía, Gazzo pidió relevar a sus compañeros que habían sido atacados en la posición que él había cubierto días antes, y juntos enfrentaron varios peligros y adversidades durante la guerra. A pesar de ser rodeados por las fuerzas inglesas en varias ocasiones, lograron sobrevivir y cumplir con su deber.
Durante una emboscada nocturna, dos helicópteros británicos descendieron cerca de su ubicación, transportando un considerable número de soldados enemigos. Aprovechando un error de los británicos, Gazzo y su equipo lanzaron un audaz contraataque. A pesar de resultar herido por tres balas, lograron evadir a los 40 soldados ingleses que los buscaban, escondiéndose en un pozo de agua congelada para evitar ser detectados por los sensores térmicos.
Fue una batalla dura, tuve más de 30 heridas desde el primer día. Pero había que seguir luchando
Su odisea continuó mientras se encontraban atrapados entre fuerzas enemigas, enfrentando el agotamiento y el peligro constante. En un acto desesperado por sobrevivir, se refugiaron en una casa abandonada, encontrando algo de comida y consuelo temporal antes de seguir adelante. Dejaron un "casa bobo ", como le decían a las granadas. Decisión acertada ya que detonó a los 20 minutos de que abandonaran el lugar, no solo hicieron daño al enemigo, sino que supieron a la distancia que los tenían.
A lo largo de su travesía, Gazzo y su compañero utilizaron astutas artimañas para engañar al enemigo y mantenerse ocultos. Desde confundir a los kelpers y a un chileno, diciéndoles que eran la avanzada de un escuadrón más grande con el fin de que por "la naturaleza traicionera del chileno ", este pasara la información a los ingleses y así lograra distraerlos, algo que funcionó. Demostraron una habilidad excepcional para adaptarse y resistir en las condiciones más adversas.
Finalmente, fueron atrapados cuando estaban a 80 metros de las antenas de lo que era la base de los ingleses en Malvinas. "Éramos 4 contra 200. Poco podíamos hacer ", lamenta Gazzo. Fueron tomados prisioneros por los ingleses, los pusieron a hacer trabajos forzados y luego los llevaron en un barco argentino, donde ya flameaba la bandera inglesa hasta la base que supo ser el centro de comando de los argentinos en Malvinas. Días después, el sanjuanino volvió al país tras ser trasladado a Uruguay.
Hoy, a 42 años del conflicto, cargando con 63 años, Andrés Alejandro Gazzo, el sanjuanino que supo ser el más joven de la fuerza aérea en combatir contra los ingleses, destaca el trabajo diplomático y científico que logró ganar, en 2017, millones de metros de plataforma submarina en el marco de las Naciones Unidas. Tiene fe en que la diplomacia logrará recuperar las Malvinas y confía en que las palabras son la mejor arma. Su historia y sus vivencias son un fiel reflejo de la valentía de los miembros de la Fuerza Aérea en Malvinas que fueron temidos por los ingleses y reconocidos como astutos y valientes guerreros. Héroes que el pueblo no olvidará.