¿Eres fuerte en todo momento? ¿Siempre encuentras algo que te hace sentir débil?

No somos todo el tiempo, duros como un roble o blandos como un brote que apenas va apareciendo. Somos una interacción de ambos, hay oportunidades donde podemos tomar el control y llevar a cabo grandes decisiones, otras veces, sentimos que todo sale mal, que no somos capaces de continuar.
Aparece el concepto de "fortalezas y debilidades". Un tema que mencionamos cuando hablamos de diseño de futuro. 

Comencemos por definir qué son las fortalezas, son las cualidades que nos empujan hacia adelante, nos hacen positivos y nos convierten en personas capaces de logar todo lo que deseamos. Por el contrario, las debilidades son características que no queremos tener, que nos frenan, nos vuelven vulnerables, nos impiden avanzar o nos hacen difícil el camino. No somos fuertes o débiles todo el tiempo, vivimos en una combinación de ambas. Todas las personas somos distintas y es lo que nos hace únicos y valiosos. Aceptarnos como somos y cómo son los demás, es una virtud que caracteriza a los seres humanos.

Y ¿Qué hacemos cuando se nos presentan estas situaciones?

La clave está en distinguirlas, hacerlas conscientes y adaptarlas a lo que necesitamos y nos favorecería.
Y entonces ¿Cómo hacemos?

En primer lugar, las descubramos y las observemos. Hagamos un listado: 

• Mis fortalezas son: por ejemplo, soy puntual, me gusta el orden, soy solidario, cuando encuentro un animalito enfermo en la calle, lo llevo a mi casa para cuidarlo.
• Mis debilidades podrían ser: se me quema la comida, no me doy cuenta cuando se me termina el arroz, soy distraído en la calle cuando ando en bicicleta, me olvido de apagar la luz cuando me voy a dormir.

Si mis fortalezas son útiles en mi vida .. genial .. las cuido, las mejoro, las uso lo mejor posible.
Si mis debilidades me molestan, las observo, pienso si las quiero cambiar o las dejo como están. Si creo que es conveniente cambiarlas, me pongo a trabajar en ello.

• Se me quema la comida, ¿Qué puedo hacer con esto? Cocino a fuego lento, me concentro solo en cocinar, fijo un tiempo de cocción, dejo de lado otras actividades, solo realizo tareas que me mantengan dentro de la cocina, por ejemplo, preparo ensalada, no llevo el celular a donde estoy.
• Soy distraído en la calle cuando ando en bicicleta – me di cuenta, bueno, me concentro solo en los autos que pasan a mi lado, voy despacio, dejo las preocupaciones para otro momento, cuando llegue a destino pensaré lo que me falta hacer en el día.

Es solo reflexionar, modificar actitudes, decidirme a cambiar, comprometerme a hacerlo. No es tarea fácil, tampoco imposible. Cuando lo logre, me sentiré muy bien. 

Las debilidades no son para toda la vida, es posible transformarlas, solo requieren decisión. No somos débiles o fuertes, todo el tiempo. Te propongo que cambies la forma de verte y como te lo dices: 
No digas: soy débil. Empieza a decir: en esta ocasión, estoy siendo débil, esa frase te brinda la posibilidad de modificar, ser diferente al momento siguiente, aprender y mejorar. ¡Ya lo hiciste! 

Si necesitas acompañamiento, recuerda que los coaches ontológicos estamos a tu disposición para hacerte preguntas que te hagan pensar, te ayuden a encontrar tus cualidades y te enfrenten a nuevas propuestas.

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Alicia Macías, coach ontológico profesional, Aacop nro. 7231
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