El adiós de monseñor Larrazábal a los sanjuaninos
Gustavo Larrazabal se convierte en el obispo de Mar del Plata y tras vivir un año y medio en nuestra provincia, se despide con mucho amor y agradecimiento de la comunidad sanjuanina que lo recibió con los brazos abiertos. El Papa Francisco le puso un nuevo desafío por delante el cual acepta con mucho orgullo y responsabilidad.
El obispo auxiliar de San Juan, Gustavo Larrazábal, será trasladado a un nuevo destino y cumplirá funciones en Mar del Plata, donde asumirá como obispo de la diócesis de ese lugar. En este contexto, dialogó con Zonda TV y contó que: "Me ha tomado por sorpresa porque poco tiempo atrás, el Papa Francisco había designado a monseñor José María Baliña como obispo de Mar del Plata. Me llamó el señor Nuncio, que es el embajador del Papa aquí en Argentina, y me dijo que el Santo Padre había pensado en mí para hacerme cargo de la diócesis de Mar de Plata. Me tomó absolutamente por sorpresa. Me dijeron que no, señor, había renunciado por dificultades de salud y el Santo Padre pretendía que yo fuera a ese lugar".
En este contexto, destacó que "yo le dije al señor Nuncio que no tenía ningún motivo importante como para no aceptar, así que respiré hondo y le dije sí, acepto".
¿Tendrá un reemplazante?
"Monseñor Jorge Lozano pidió dos auxiliares en su momento porque él estaba a cargo de la CELAM, la Conferencia Episcopal Latinoamericana, y pasaba mucho tiempo en Bogotá. Pero ahora que monseñor Lozano terminó ese servicio, él ya está de forma permanente en la arquidiócesis de San Juan de Cuyo. Así que él y el padre Mario Robles, su auxiliar, serán quienes tengan a cargo la tarea pastoral. No está previsto que venga otro auxiliar más", explicó el nuevo obispo de Mar del Plata.
Su agradecimiento a los sanjuaninos
"Estoy con sentimientos encontrados, por un lado, la alegría de que voy a ir a una diócesis con desafíos como es Mar del Plata, donde hay dos realidades distintas, la pastoral de turismo, como solemos decir, la ‘ciudad feliz’, pero también está la Mar del Plata obrera, donde hay enormes bolsones de pobreza y está toda la realidad portuaria, cuestiones que, como Iglesia, debemos acompañar".
Además, destacó que siente cierta "melancolía porque me he sentido muy bien en San Juan, y no quiero dejar de agradecerlo. Me recibieron como si fuera mi casa, como si me conocieran de toda la vida. Han sido muy cariñosos y muy buenos conmigo, y quiero agradecer a todos los sanjuaninos y sanjuaninas este tiempo vivido aquí", agregó el obispo, que estuvo un año y 7 meses viviendo en la provincia.
