El calvario que atravesó Silvina Luna desde la intervención de Lotocki

Silvina Luna falleció hoy a los 43 años luego de atravesar un calvario que comenzó en 2011 con una operación estética a la que se sometió y que fue realizada por el cirujano Aníbal Lotocki, quien en aquel entonces contaba con una gran popularidad.

En la cirugía, Lotocki le colocó metacrilato, un compuesto similar a la silicona, mezcla de acrílico y gel, en amplias zonas del cuerpo que, según se investigó en la Justicia, le produjo una hipercalcemia que tuvo como consecuencia una insuficiencia renal. 

Por esa mala praxis, Lotocki fue condenado a cuatro años de prisión y cinco sin ejercer la medicina, pero continúa libre y en funciones, sin embargo Silvina falleció.

Recién en 2014, Luna empezó a hablar públicamente del tema. "En 2010 me hice estudios en la clínica Favaloro y tenía mi salud impecable, tenía el calcio perfecto y tenía mis riñones sin piedritas, sin nada. No había ningún problema ni enfermedad hereditaria como se anda diciendo por ahí", le contó Silvina a Susana Giménez en una entrevista.

Silvina le cuenta a Susana que todo comenzó en unos estudios de rutina que se realizó en 2013. "Me sale una hipercalcemia, el exceso de calcio en sangre y eso hace que tenga una leve insuficiencia renal. Me empiezan a investigar y me entero que en el Hospital Italiano había cuatro casos de chicas que se habían inyectado sustancias de relleno con lo mismo. También con hipercalmemia y con problemas en los riñones y algunas hasta con problemas mayores, incluso una chica estaba en diálisis", expresó.

En 2012, la modelo y actriz había tenido algunas dolencias y por tal motivo intercambia una serie de chats con Lotocki en donde le escribe:  "Hola Aníbal, te cuento que ya estoy en Ibiza, re engripada y con fiebre. No sé si la fiebre viene de la inflamación en la cola. Donde me rellenaste tenía un hematoma, me duele que casi no puedo sentarme".

"No sé si fue el avión o el calor de acá pero empeoró y me duele mucho. ¿Hay posibilidad de que se infecte eso? Los pinchazos siguen. Tengo algo duro alrededor del muslo, ¿se pudo haber encapsulado?", le preguntó Silvina, pregunta a la que Lotocki demoró en contestar.

"Lo que sentís es parte de la cicatrización. Necesitás masajes o drenajes en la zona". Tenés que empezar a hacer gimnasia", dijo el médico y ante la insistencia de Silvina desde España, Lotocki le recomendó "tomate un ibuprofeno que con eso se tiene que solucionar la cuestión".

A partir de ese momento, Silvina no trabajó con continuidad, salvo algunas participaciones temporales como las que tuvo en Bailando por un sueño o algunas temporadas de teatro en Carlos Paz. A finales de 2021, Luna escribió en sus redes sociales un contundente mensaje sobre su cuadro.

¿Cuántas cosas hacemos por alcanzar ideales de belleza, poniendo en riesgo nuestra vida y nuestra salud?", se preguntó la ex Gran Hermano. Y explicó: "Suelo mostrarles cosas lindas en Instagram, pero hoy decido compartirles esta otra parte de mi día a día. Cada tanto necesito internarme, mis niveles de calcio suben y mis riñones no funcionan bien. Requiero más corticoides, medicina que vengo tomando de forma crónica hace 8 años. Y hoy buscando otras drogas que pueda reemplazarlo", sostuvo.

En 2022 durante su participación en El Hotel de los Famosos, durante una prueba aeróbica, Luna sintió que le faltaba el aire por lo que se realizó una serie de estudios que la llevaron a abandonar definitivamente el ciclo por recomendación médica.

"Me dieron los niveles elevados así que me voy a ir a internar ahora para que me nivelen. Todo bien igual, no quiero llorar. Igual yo ya estoy acostumbrada a esto, son episodios que tengo cada tanto, pero pensé que acá lo iba a poder sostener", afirmó.

En septiembre de 2022, Silvina habló acon Teleshow y admitió un panorama "alarmante" respecto a su salud, luego de recibir el alta de una internación. "Fue duro y de gran aprendizaje", contaba.

En ese  entonces, Silvina empezó un proceso de diálisis al que debía asistir tres veces por semanas durante cuatro horas por día. "Hay días que me quiero quedar durmiendo, pero tengo que ir a diálisis porque eso me está salvando. Si no funcionan los riñones no podría vivir. Los días que tengo diálisis vuelvo a casa y me quiero acostar. No hago nada ese día. Es día a día. Al otro día disfruto cada cosa", expresó.

"Me llevo un libro, trato de dormir para que no se me haga tan largo. Sé qué almohadones llevarme, es como un club. Veo gente mayor ahí y digo ‘me la tengo que bancar. Los sillones son muy incómodos, son 4 horas que estás quieto. Empecé con un dolor en el ciático y las piernas desde que empecé diálisis y fue muy duro porque se hizo crónico. Son dolores que nunca he tenido. Cuando uno vive con dolor no podés pensar en nada. De a poco van encontrando los analgésicos posibles para que me pase", comentó en esa entrevista.

Con este cuadro tan grave, la única salida posible era recibir un trasplante de riñón. "Tengo que ponerme en la lista, esperar, salvo que uno tenga un donante vivo que puede ser un pariente, un amigo. Había escrito al INCUCAI mucha gente que quería donar un riñón. Me quedé impactada porque somos un país solidario. Que la gente quiera donar altruistamente un riñón me llenó de amor. Algo que no sabía que podía pasar", dijo Luna en una entrevista en mayo pasado.

Con esta esperanza vivió sus últimos días hasta que el 13 de junio fue internada nuevamente en el Hospital Italiano en donde permaneció internada en terapia intensiva hasta el día de hoy en donde falleció a los 43 años.