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PASIÓN POR LA MÚSICA Y LA GUITARRA

La trayectoria musical de Rolando García Gómez

Es uno de los guitarristas destacados de la provincia. Tiene como rasgo distintivo que siempre defendió la música cuyana. En su vida musical recorrió muchísimos escenarios internacionales."Siempre supe que quería vivir de la música", sostuvo. 

Es uno de los guitarristas que cuenta con el reconocimiento del público no solo en la provincia, sino en el país. También hay algunos rincones del mundo, donde lo conocen y han disfrutado de su arte. Se trata de Rolando García Gómez, el hombre que se formó en la universidad de la calle, porque cuando quiso ir a la academia, por aquellos tiempos tocar tango y folklore, era algo no permitido. Por lo tanto, como dice la canción "caminante no hay camino, se hace camino al andar"

Zonda Diario dialogó con Rolando García Gómez y conoció la faceta personal del artista. Cuando habla las razones de porqué se inició en el mundo del arte, con la guitarra afirma que "la verdad es que ni yo sé porque lo hice". Recuerda que en su familia no había ningún guitarrista, "mi abuelo tocaba, pero no lo conocí", afirma.

Rolando cuenta que, en su niñez, sus padres tenían un almacén en la zona de Concepción. "Yo le sacaba a la cajita del membrillo, la maderita del costado, esta salía con clavitos. Del cajón de la plata estaban las banditas elásticas y esa eran las cuerdas. Esa era mi guitarra una tablita con cuatro clavos y una bandita elástica". Agrega que por aquel entonces no tenía más de tres años y que su escenario era subirse arriba del horno que había en la casa.

Pero una fecha especial fue cuando tuvo cuatro años, para el día de Reyes. "Mis padres me regalaron una guitarra que tengo la suerte de conservarla y en muy buen estado". Luego de ello comenzó clases de guitarra con "el Pallito Flores", que era quien conducía el mítico programa de la "Pandilla del Tío Melchor", que se emitía por Radio Colón. Meses después de esto, el mismo Flores habló con los padres de Rolando y les dijo que debían buscar otro profesor porque él le había enseñado todo lo que sabía. A partir de ese momento comenzó su formación en la Academia Abel Pleurí, con los profesores Juan Carlos Carrizo y Ana María López. "Son ellos los que descubrieron que tenía algunas condiciones para la guitarra", dice humildemente. Lo cierto es que el estudiante, hizo en 4 años un trayecto de aprendizaje de guitarra previsto para 10 años.

 Ya en la escuela primaria tuvo una maestra de manualidades en el Colegio San José "que tenía esa virtud de descubrir personajes que tenían una condición. Ella armó el club folklórico en el colegio y me invitó a participar". Esto le sirvió para aprender lo que era estar en un escenario "yo no tenía idea de que eso existía".  Cuando habla de sus compañeros de escuela decían "toquemos la guitarra, pero el que tocaba era yo, mientras los otros jugaban a la pelota".

Incluso el joven Rolando García Gómez, en ese momento hasta tenía una guitarra en la dirección del colegio "que la pedía en los recreos y en un cantero ensayábamos o cantábamos alguna cosa en algún acto".

"Luego intenté ingresar a la Universidad, yo quería tocar folklore y tango y allí hacían música clásica que a mí no me llenaba, no me completaba.  Por esto, desde muy chico la verdadera universidad mía fue la calle", explica el artista.  En ese camino estaba el escuchar grandes artistas como Enrique Barrera, Pocho Peralta o Patricio Álvarez, en San Juan. "Los Pillancó, las Guitarras de Oro. También escuche mucho a Eduardo Falú, Yupanqui", destaca a modo de ejemplo. 

De hecho, en su rol de artista cuenta que "tuve la suerte de tocar una vez con Eduardo Falú, siendo yo muy chico. El guitarrista que no escucha a Eduardo Falú se está perdiendo uno de los guitarristas más grandes del planeta.  Lo que hacía era muy difícil, encima de que tocaba un montón, cantaba".  

Al hablar de la música sostiene que dentro de lo que le dio "me llevó por el mundo y conocer a grandes personas y artistas".  A su vez remarca que "quizás lo que me quitó fue el no poder compartir más con mis afectos cercanos

A su vez afirma que "siempre soñó que iba a poder vivir de la música. Esta fue una de las grandes discusiones que tenía con mi madre."
"Cuando tenía 15 años un profesor de guitarra me dijo que "nunca iba a poder vivir de la música, nunca vas a ser guitarristas, así que andá buscándote otra cosa. Fue lo mejor que me pudo decir en mi vida, porque para mí fue un desafío poder vencer esa barrera", cuenta. "Soy un convencido de que, si uno ve una cosa muy lejana, poniéndole ganas, vocación y dedicación no hay otra que llegar a lograr los objetivos".

El escenario más importante

A pesar de haber recorrido muchos escenarios, incluso fuera del país sostiene que el que más le impactó fue llegar al Auditorio Juan Victoria.  "En mi infancia o adolescencia, llegar al Auditorio Juan Victoria, era algo imposible, era algo que estaba muy lejano".

Analizando su carrera y al hacer la comparación dice que "antes de tocar en el Auditorio Juan Victoria, tuve la suerte de tocar en el Palacio de los Deportes, en Roma para 80 mil personas. También toqué en el Vaticano". A partir de allí "es como que se abrieron un montón de cosas y así llegue al Auditorio". Es por esto que agrega que "los músicos de hoy también se preparan mucho para llegar al Auditorio, todos le tienen mucho respeto al escenario".

Los grandes con los que tocó

Cuando hace un raconto de los guitarristas con los que tocó, reconoce que estuvo con los más grandes. "Toque con Eduardo Falú, Juan Falú, Juanjo Domínguez y Luis Salinas. También toque con el Quintero Ventarrón donde estaba Néstor Basurto, Gustavo Margulia".

Además, contó que "no toque con Carlos Di Fulbio, pero si compartí escenarios en Buenos Aires". Es por esto que agrega que "tuve la suerte de tocar con los mejores guitarristas de la Argentina".

Sobre la personalidad de estos grandes "son muy humildes y no tienen esa cuestión de diferenciar. En esto tiene que ver mucho el festival Guitarras del Mundo que le abre la puerta a un montón de guitarristas de todo el mundo, donde todos son iguales".

Cuando analiza su lugar entre los guitarristas detalla que "si he tenido algún acierto ha sido siempre ir con la música cuyana, este detalle es como que todos respetan lo que vos hacés, porque no le estás copiando a nadie y esto es muy valorado".

Recorriendo escenarios fuera del país

Lo cierto es que la carrera artística de este sanjuanino, largamente trascendió las fronteras del país. "He llenado el pasaporte varias veces", dice mientras sonríe. Es por que anduvo varias veces por Chile, Bolivia ó Ecuador. Aclara que en este país hizo más de 16 giras, donde lo tuvo como compañero al flautista Juan Carlos Liendro. A esto se suman destinos como Perú, Colombia, Costa Rica, Panamá, México, Estados Unidos y Brasil.

En tanto que, en el país, en las únicas provincias donde no actuó es en Formosa y Misiones.
También tuvo su incursión por Europa y tocó en España, Italia, Hungría, Yugoslavia, Austria, Checoslovaquia".

Difundiendo otros ritmos fuera del país

Recuerda que, en su segundo viaje a Ecuador, junto a Juan Carlos Liendro, "teníamos una química muy especial que nos permitía tocar música de cualquier parte. En Ecuador en un día hicimos 9 presentaciones. Nos llevamos la sorpresa que la música nuestra es muy conocida afuera". 

Otra vez, caminando por Bogotá, "nos encontramos un matrimonio en una peatonal, tocando una tonada de Saúl Salinas, no lo podíamos creer. En ese país hicimos un concierto en un teatro de un Círculo Policial y Raúl Riso cantó el vals "A unos ojos", de Mombrun Ocampo.  Fue cuando se paró la gente y cantaba a gritos el vals". También cantaron otras interpretaciones del mismo autor y la sorpresa de los músicos locales siguió creciendo porque las conocían a todas. "Cuando investigamos porque la música cuyana gustaba tanto en Colombia descubrieron que mucho de esto tiene que ver con lo que hicieron Los Cantores de la Cañadita, que fueron mucho a Colombia y llenaban estadios y difundían la música cuyana". Además, en Colombia "hay una zona que tiene una tonadita similar en el hablar a nosotros", explica el artista sanjuanino.

En Hungría "tocamos "Canción para Carito" "y se nos acercó un matrimonio al que no le entendíamos nada y nos agradecían porque habíamos tocado esa obra".

Los artistas locales: el caso Paola Hascher

Rolando afirma que "los artistas de San Juan ocupan un gran espacio en mi vida, he tocado casi con todos". Añade que "Paola era una de las pocas artistas con las que no había tocado, a quien le tengo un gran respeto en lo artístico y lo musical porque es una persona que sabe muy bien lo que hace y sabe mucho". Cuando trabajé con Paola "siempre respeté mucho lo que hacía porque ella traía una gran experiencia del Grupo Siesta, que era un grupo muy completo. Fue un gran desafío poder acompañarla a ella. El primer gran compromiso que tuve fue hacer el disco "Meslescas del Sol", y salió un material muy interesante"

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