Las ruinas de la Iglesia de Trinidad inspiran un renovado interés
Vecinos aseguran que tras varios reclamos en la zona esta semana taparon el ingreso. El registro fílmico de una vecina despertó el interés de todos los que alguna vez vieron el lugar cuando funcionaba. Actualmente, hay una asociación civil que trabaja para que se pueda conservar este lugar como un patrimonio. ¿A quién le pertenece?
En la última semana, la antigua Iglesia de Trinidad, ubicada en la intersección de las calles Mendoza y Pedro de Valdivia, volvió a captar la atención de la comunidad local, generando un renovado interés entre los vecinos de la zona. Durante un tiempo, este emblemático edificio había caído en el abandono, convirtiéndose en un lugar peligroso que atraía tanto a curiosos como a ocupantes ilegales. Sin embargo, las recientes acciones en el sitio han despertado una nueva esperanza en la preservación de este lugar histórico y arquitectónico.
Una vecina de la zona, que prefirió mantener su identidad en reserva por temor a represalias, conversó con Zonda Diario y compartió su experiencia en relación a la situación. Según su testimonio, después de una serie de quejas vecinales, se tomaron medidas para cerrar la entrada al edificio con paneles de madera. La vecina también describió cómo este lugar había devenido en un refugio para personas en situación de calle y otras actividades ilegales, incluso señalando que algunas chicas del colegio cercano exploraban el lugar, con el riesgo potencial que esto implicaba.
Motivada por su curiosidad y el deseo de documentar la situación, la vecina ingresó al edificio y capturó un video que mostraba su estado interior, sus ruinas y sus características. Al compartir estas imágenes, sus allegados también se sintieron intrigados y cautivados por el patrimonio.
Para comprender mejor la importancia de este lugar, Zonda Diario se comunicó con Leonardo Correa de la Asociación Civil para la Conservación y Patrimonio Sanjuanino (ACCODEPAS). Correa destacó la relevancia de preservar este lugar como un tesoro cultural de la provincia. En este sentido, reveló que estaban trabajando en un proyecto de ley destinado a su protección.
Correa explicó que "es positivo que se cierre el ingreso porque hay partes que están en muy mal estado y hay partes que están en el mejor estado". Además, añadió con convicción que "estamos hablando de una ruina de la iglesia que atravesó cinco terremotos sin haberse destruido en su totalidad. Por eso es un evento destacado del turismo y un elemento de arqueología contemporánea. Este año cumple 100 años, lo que la convierte en un testigo vivo de nuestro pasado".
Respecto a la restauración, Correa puntualizó que "no somos partidarios de que se reconstruya para que quede como nuevo. Eso falsearía su historia. Sin embargo, hay partes que se pueden trabajar con su preservación y, además, se puede cortar el ciclo de deterioro". En línea con esta visión, resaltó la posibilidad de transformar el lugar en un "museo de sitio o un centro cultural" que aproveche sus características excepcionales.
Correa también hizo hincapié en que la antigua Iglesia de Trinidad no solo posee un valor arquitectónico y arqueológico, sino que también desempeñó un rol fundamental en la historia de la provincia. "Fue el primer hogar de ancianos que tuvo la provincia y también el primer hospicio. Además, compuesto por un convento y las ruinas del antiguo hospicio de mendigos y ancianos, representa un conjunto de construcciones que narran nuestro pasado. Las ruinas del oratorio, lo que vemos hoy, eran la capilla más privada del complejo, ya que la iglesia original se derrumbó".
Su historia
Según registros periodísticos locales, la historia de la iglesia se entrelaza con la de la familia Balmaceda, quienes donaron parte del terreno donde se encuentra. Originalmente destinado a las hermanas vicentinas, esta tierra también albergó a las hermanas terciarias y a la propia iglesia de Trinidad. La antigua iglesia, construida en la década de 1920, ha enfrentado adversidades a lo largo de los años, incluidos terremotos y el paso del tiempo. A pesar de estos desafíos, partes de su estructura han sobrevivido y siguen resistiendo.
La falta de claridad sobre los actuales propietarios del terreno no ha disminuido el movimiento en marcha para preservar este lugar y convertirlo en un punto de referencia cultural. Su rica historia y su estado actual de ruina hacen de la antigua iglesia de Trinidad una ventana al pasado y un posible faro para el futuro, como un recordatorio tangible de la rica herencia de San Juan.
