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EN SAN JUAN

La sentencia ejemplar para el asesino que intentó escapar en un patrullero

En noviembre protagonizó un hecho "de película" cuando casi se escapa a bordo de un patrullero. Ahora lo condenaron y pasará muchos años en el penal.

Este es el asesino que fue condenado este marte en San Juan.Crédito: Internet

En noviembre la provincia vivió un hecho "de película"  cuando Armando David Quiroga  Ovalles intentó robar una moto, luego generó disturbios, se peleó con la policía y casi se fuga a borde de un patrullero.  En ese momento dijo llamarse Francisco Alexis Rosales, pero no era cierto. Es que mintió al identificarse porque se trataba de un asesino. Tras su forzada detención, se conoció que se fugó de la provincia de Santa Cruz, donde el 31 de marzo de 2021 fue condenado a 19 años y 8 meses de prisión por el crimen de Daniel Gómez, ocurrido en Pico Truncado el 14 de marzo de 2019.

Este 7 de febrero, Quiroga Ovalles fue condenado en San Juan mediante un Juicio Abreviado a la pena de 4 años y 2 meses de prisión de cumplimento efectiva. Además, le unificaron de pena, totalizando una condena de 23 años y 10 meses de prisión de cumplimiento efectiva. Por lo tanto, le declararon la reincidencia y lo enviaron al penal.

El Asesinato por el que condenaron a Ovalles en Santa Cruz

Quiroga Ovalle fue condenado junto a un cómplice llamado Juan González, a quien le aplicaron una pena más leve, de 14 años, por ser "partícipe necesario" del asesinato de un hombre identificado como Gómez, pero también por diversos delitos cometidos contra las personas y contra la propiedad. La sentencia de la Cámara en lo Criminal de Caleta Olivia lo encontró "autor penalmente responsable del delito de robo, robo calificado por uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo acreditarse, robo calificado por haber sido cometido en poblado y en banda, abuso de armas, amenazas, lesiones leves, daños y lesiones graves; y homicidio calificado por el uso de arma de fuego". Por ese asesinato el sanjuanino fue condenado a la pena de 19 años y 8 meses.

El delincuente se vino a San Juan y trató de ocultarse hasta que lo atraparon el miércoles en Albardón, luego de un raid delictivo que terminó con varios heridos y con un patrullero que casi se roba tras pelearse con los policías que lo detuvieron.

El Caso por el que lo atraparon en Albardón

De acuerdo a lo informado por las fuentes del caso, el pasado 8 de noviembre aproximadamente las 23:30 hs, un operador del CISEM comisionó al personal policial a la intersección de calles Mitre e Independencia, en el departamento de Albardón.  Es que un vecino denunció que sobre calle Mitre, una persona con actitudes sospechosas merodeaba la zona, incluso, intentó ingresar ilegalmente a una casa.

Pero eso no es todo. Instantes después, a unos cincuenta metros de allí, pero por calle Independencia al norte de Mitre, Luis Antonio Morales advierte desde el interior de su casa, que una persona salía del garaje, el cual cuenta con cierre perimetral completo y portón de madera. Si bien estaba cerrado, no tenía ningún tipo de traba que evitara su apertura. Cuando salió, vio que le habían robado su moto, siendo la misma marca Honda, modelo BROS NRX 125.

Al salir a la calle vio que un hombre llevaba su moto y corrió detrás del sujeto. Lo increpó y le pidió que le devuelva la moto. El hombre se negó aduciendo que la moto es propiedad de él. El damnificado insistió en que le entregue la moto, tomando la misma y pudiendo recuperarla sin violencia, retirándose con el rodado a su casa. Una vez que dejó la moto en el garaje, volvió a salir a la vereda para mirar, momento exacto en que pasa por allí una motocicleta de la policía (quien se encontraba de recorridas buscando al sujeto denunciado al 911). El hombre le dio aviso al uniformado y se dieron cuenta que se trataba de la misma persona.

Luego llegó una vecina les manifestó que el sujeto estaba a la vuelta de la esquina, por calle Mitre. El personal policial de la motorizada llegó al lugar y hablaron con tres hombres, uno de ellos coincidentes características fisonómicas y de vestimenta del sospechoso.  Se trata del por entonces Francisco Alexis Rosales, nombre falso que usó Ovalles, el cual, al ser consultado sobre el hecho, se ofuscó y emprendió la huida. A los pocos metros lo detuvieron y comenzó a lanzar golpes de puño y patadas que impactan en el cuerpo del personal policial, causándoles lesiones.

 Llegaron los refuerzos policiales y lograron reducirlo. Pero los otros dos 2 sujetos treparon a los techos y desde allí arrojaron botellas de vidrio al personal policial, logrando huir.

A rosales lo metieron al móvil policial. Le dijeron a Ovalles que iba a quedar vinculado a una causa de Flagrancia y llamaron al servicio de Emergencias 107 para que atendieran al detenido. Según el informe judicial, mientras se estaba llevando adelante el procedimiento de rigor, el aprehendido no dejaba de proferir insultos y agresiones verbales a los presentes, en especial al personal policial. En un momento dado, comenzó a dar fuertes golpes con su cabeza a la ventanilla trasera derecha del móvil policial, por lo cual el Agente Navarro, que manejaba el patrullero, se bajó y abrió la puerta trasera para calmar a Ovalles.

El hombre se había sacado una esposa y se cruzó hacia adelante para accionar el cierre centralizado del móvil, trabando todas las puertas. El policía se metió de cabeza al auto por una ventanilla que estaba abierta. El móvil fue rodeado por personal policial que le gritaba para que se calme. Pero aceleró el vehículo y salió violentamente marcha atrás perseguido por los efectivos policiales.

Dio un giro de ciento ochenta grados (180º) en el espacio que se genera en la unión de las calles, y en el momento en que se aprestaba a llevarse el móvil policial, la oportuna intervención del Agente Navarro logró frustrar el accionar ya que el uniformado, que iba forcejeando con Ovalles dentro del vehículo, consiguió alcanzar la llave de contacto y detener el motor al mismo momento en el que se abrió el cierre centralizado. Los demás policías procedieron a reducirlo mientras no dejaba de agredirlos con golpes de puño y patadas.

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