Vivienne Westwood, adiós a la dueña del Punk
Fallece la diseñadora londinense a los 81 años. Su historia y su legado quedarán por siempre en los anales de la moda.
Pionera por su estilo en los pasados años setenta, con fuertes e impactantes diseños simbólicos de la cultura punk y el new wave, transgresora, rebelde y ferviente defensora del medio ambiente, Vivienne Isabel Swire, conocida como Vivienne Westwood con frecuencia llevó al extremo provocadoras creaciones que nunca dejaron indiferente al exigente sector de la moda.
En 1983 Westwood puso fin a su relación y a su colaboración empresarial con Malcom McLaren, músico, productor y manager del mítico grupo Sex Pistols. Con él se inicia en el punk abriendo una tienda que adoptó sugerentes y sucesivos nombres como Let It Rock, Too Fast To Live, Too Young To Die, hasta un enorme letrero de neón rosa renombrado como SEX a comienzos de los setenta, que se convertiría en la meca de la anti-moda y la diseñadora se erigiría como un auténtico icono del movimiento punk.
Fue posterior a esa ruptura cuando decidió lanzarse a diseñar en solitario. Inspirada en el estilo motoquero, las prostitutas o el fetichismo, esa estética empezó a calar tras el primer concierto de los Sex Pistols, donde los músicos vistieron diseños de la pareja.
En esos atuendos abundaban las cadenas, los alfileres de gancho cadenas o las cuchillas de afeitar y, junto a otros factores procedentes del estilo más convencional británico, dieron lugar al look antisocial y transgresor irremediablemente ligado al punk.
Sus originales ideas fueron adoptadas por diseñadores consolidados como Karl Lagerfeld, Jean Paul Gaultier o Lacroix. La prensa de todo el mundo no escatimó en elogios a la diseñadora británica, considerada una de las "fashionistas" más vanguardistas del siglo pasado.
Capítulo aparte merece su relación con los diseños de novia. Creó el famosísimo vestido con el que Carrie Bradshaw, el personaje de Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York, se casaba.
También el de Miley Cyrus para su boda con el actor Liam Hemsworth. Aunque hace años renegaba de la monarquía británica, sus opiniones variaron hasta derrochar elogios al rey Carlos III por sus esfuerzos medioambientales y fue condecorada en 1992 por la reina Isabel II con un OBE (Orden del Imperio Británico), mientras que en 2006 fue nombrada Dama.
En su marcada faceta como activista por el medio ambiente en 2012 presentó su iniciativa Climate Revolution durante la gala de clausura de los Juegos Paralímpicos de Londres de ese año y apoyó a la organización benéfica Cool Earth, fundada en 2007 para preservar los bosques.
En 2020 fue noticia por enjaularse como un pájaro en un parque londinense para mostrar su apoyo al programador, hacker y gestor de Wikileaks, Julian Assange, en el marco del juicio que se llevaba a cabo por su extradición a EEUU.
Sus desfiles fueron plataformas para el debate, con pancartas como la que vimos en su colección primavera-verano 2013 en alusión al cambio climático o al fracking en 2016 o con activisitas como la actriz Rose McGowan o John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace, sobre la pasarela. Provocadora, irreverente, revolucionaria, creativa, extravagante, transgresora, rebelde, pero por sobre todo una gran artista que dejará por siempre su obra como icono de moda y estilo.
