La Sub 19 de Argentina es Campeona del Mundo en San Juan
El combinado juvenil de hockey sobre patines goleó y se quedó con el título en el Aldo Cantoni.
Y el himno Nacional Argentino sonó de principio a fin. En ese momento el grito de "ohhh juremos con gloria morir" se escuchó muy fuerte en el Cantoni, como nunca y los responsables fueron una docena de pibes sanjuaninos y mendocinos, pero representando a la Argentina.
Hubo revancha, porque como en la vida, el deporte da la oportunidad de buscar una nueva oportunidad.
Por eso las lágrimas de Juan Manuel Garcés eran válidas en ese abrazo con Joaquín Olmos, dos de los sufrieron en Barcelona una triste como injusta derrota.
Anoche el Cantoni fue testigo de una nueva hazaña deportiva, para que en el país futbolero que somos sepan que en el Hockey sobre patines somos los Reyes del Mundo.
Argentina se consagró campeón venciendo en una final que no fue tan dramática como la semifinal pero si emotiva y sufrida hasta los 10 minutos del segundo tiempo.
Antes de eso, Argentina se encontró con un Italia totalmente diferente al de la primera fase.
Y si bien empezó ganando con el golazo d Giuliano Giuliani, en esta ocasión se lo empataron por intermedio de Liam Bozzetto cuando se jugaban 7 minutos.
Y si bien no causó un efecto de desconcentración total y de desesperación, si fue de cuidado.
Entonces Argentina cuidó mas la bocha y trataba de no rifarla para no sufrir en el contralgolpe renunciando en parte a las buenas individualidades.
Pero eso no terminó siendo tan malo, pese a que había fallado un penal y un libre en el complemento Argentina tomó confianza a partir del grito de gol de Joaquín Olmos.
Ese fue el punto de despegue definitivo. Allí la Albiceleste volvió a ser el equipo atrevido y punzante. Lo demostró en la red rival con los goles de Joaquín nuevamente y Lucas Bridge para que a falta de 11 minutos la historia ya viera a un final feliz.
Italia, descontrolada y sin la claridad necesaria se sintió impotente y facilitó todo para Argentina.
Dale campeón, dale campeón sonó antes del final del partido y los pibes por dentro lo cantaban pero con el silbatazo final soltaron el grito de furia que se merecían largamente.
