Tras el intento de atentado a CFK, Massa buscará en EEUU desacoplar la agenda económica de la conmoción política
El ministro subraya su sesgo pragmático: va a Washington en busca de dólares frescos del Fondo Monetario Internacional y a Houston en procura de inversiones en energía.
El país quedó conmocionado por el fallido atentado a la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero ya antes de este episodio el ambiente venía convulsionado, tras el pedido de 12 años de prisión por parte del fiscal Diego Luciani. La tarea de Sergio Massa será ahora que su agenda económica no se vea salpicada por estos episodios, que son observados de cerca por los inversores tanto locales como extranjeros. El viaje a Washington que emprenderá mañana persigue ese objetivo.
Hasta ahora las variables financieras le vienen respondiendo positivamente. Esta semana incluso se profundizó la mejora de las acciones argentinas: YPF ya subió 90% desde su piso del 20 de julio y los papeles bancarios acumulan una ganancia de 50 por ciento. Al mismo tiempo, el tipo de cambio no sólo se tranquilizó sino que bajó respecto a los niveles de hace un mes y medio. El dólar libre había tocado los $340 pero el viernes bajó un escalón y cerró la semana en niveles de 285 pesos.
Esto significa que el ministro sigue manteniendo altas las expectativas de los inversores y que los acontecimientos políticos pasaron por ahora a un segundo plano. La pregunta válida es si la Argentina logrará ir hacia un esquema parecido al que tienen varios países de la región: una situación política endeble, pero que no impacta negativamente en las variables económicas.
Desmarque
Este "desacople" entre el funcionamiento de la economía y una política convulsionada tiene como caso más emblemático el de Perú. Allí el dólar cotiza prácticamente al mismo nivel hace casi 20 años, en un contexto de muy baja inflación. La clave es que hace veinte años el presidente del Banco Central peruano es Julio Velarde, nadie lo toca. Otros países como Colombia, Uruguay, Brasil o Bolivia también han tenido importantes virajes políticos desde la derecha hasta sectores muy de izquierda, sin que las economías hayan sufrido especialmente.
Pero la Argentina está a "años luz" de conseguir este blindaje de los vaivenes políticos. Por ahora Massa logró alejar a la economía del abismo, evitando que se profundice la crisis cambiaria. El canje de deuda en pesos, anuncios de recorte de gasto y segmentación tarifaria están entre sus principales medidas en el arranque de gestión.
Aún se mantiene el suspenso sobre una mejora temporal del tipo de cambio para el sector sojero, con el objetivo de fortalecer las reservas. Los trascendidos indicaron que sería puntualmente para septiembre, por lo que las novedades serían inminentes. De todas formas, no se trata de recursos que van a solucionar el faltante de reservas de la noche a la mañana, sino más bien de un "puente" que busca Massa para fortalecer las reservas de corto plazo y en el medio consolidar la estabilidad cambiaria, mientras se avanza en las próximas negociaciones con el FMI.
Ligero de equipaje
El ministro parte mañana a Washington, pero comenzará con las reuniones el martes, luego del feriado por el Día del Trabajo en Estados Unidos. Desde el ministerio de Economía se preocuparon en aclarar que la comitiva será muy reducida. "Viaja solo con su vocero y con su asesor internacional, Gustavo Martínez Pandiani. Se incorporarán funcionarios puntuales para reuniones en las que sea necesaria su participación, según del tema técnico que se trate".
El punto saliente de este primer viaje de Massa al exterior será encauzar el acuerdo con el FMI y asegurarse el próximo desembolso de USD 4.000 millones. Aún con ciertos desvíos, la meta de gasto y de déficit fiscal del primer semestre está dentro de lo previsto. La emisión monetaria estuvo relacionada sobre todo con la necesidad de ponerle un piso a los bonos en pesos y frenar la fuerte salida de fondos que se produjo en junio y julio. Pero con este mercado más controlado, ahora no hay nuevas canillas abiertas de emisión monetaria.
El punto más complicado del acuerdo con el FMI pasa por la acumulación de reservas. Según el compromiso firmado en enero, al Central le faltarían alrededor de USD 7.000 millones para llegar a la cifra comprometida. Luce a esta altura como un objetivo virtualmente imposible de lograr.
Si bien habrá dinero fresco del Fondo y quizás de algún otro organismo multilateral hasta fin de año, se avecina un período de escaso ingreso de divisas, por lo que apenas alcanzaría para abastecer la demanda de importaciones.
Existe cierta expectativa sobre eventual cambio de régimen cambiario a partir de las negociaciones con el FMI. Descartada por Massa la posibilidad de una devaluación brusca, varios analistas siguen especulando con la posibilidad de un desdoblamiento cambiario. Esta opción fue sugerida en su momento por el ahora secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein.
Un desdoblamiento permitiría sobre todo dejar de perder reservas a través de la cuenta turística. Sólo en julio se fueron USD 750 millones por compra de pasajes, hoteles y gastos con tarjeta en el exterior. Sumado a la venta de dólar ahorro, se trata de un "lujo" que el BCRA prácticamente ya no está en condiciones de afrontar. Pero aún no hay nada definido.
Por ahora lo único que tiene mayor chance es que la definición de nuevos tipos de cambio específicos por sector, como el caso de la soja o el régimen especial de disposición de divisas para automotrices o compañías de hidrocarburos.
Aún no está previsto, pero se supone que al menos habría un encuentro del ministro con inversores con quienes ya ha estado en otras oportunidades. El último antecedente oficial de estas reuniones terminó en un papelón. Fue el encuentro de Silvina Batakis con banqueros y fondos de inversión de Nueva York, apenas un día antes que se conociera la decisión del Presidente de cambiarla por Massa.
Plan Houston
La gira finalizará en Houston, con una serie de encuentros con compañías petroleras. Es en el sector de energía donde están las mayores posibilidades para conseguir capitales frescos, como quedó demostrado en los últimos días con el anuncio de un acuerdo entre YPF y la malaya Petronas o los interesados en invertir en litio, ya que la Argentina posee una de las mayores reservas mundiales.
Pero más allá de la agenda estrictamente económica que llevará adelante Massa, sobrevuelan desde ya las cuestiones políticas. La renovada centralidad de Cristina Kirchner plantea claros interrogantes. ¿Cómo seguirá la relación de la vicepresidenta y Massa?, ¿habrá margen para seguir llevando adelante un ajuste cuando se aproximen las elecciones?, son algunas de las preguntas sin respuesta que seguramente empezarán a aflorar.
El tema que más inquietud causará en Wall Street es saber si Cristina tiene realmente chance de volver a la presidencia. Hasta hace pocas semanas se descartaba su candidatura. Ahora muchos ven como un hecho que jugará por la presidencia. La tranquilidad del mercado cambiario y la mejora de los activos financieros argentinos revelan que por ahora el mercado le ve pocas chances de una victoria. Pero en 2019 también se subestimaba la posibilidad de una victoria del kirchnerismo, que finalmente fue contundente. Se trata de un escenario que por ahora aparece lejano, pero que ya nadie se anima a descartar.
Fuente: Infobae
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