Torneo de la LSJ: hubo 120 policías para la seguridad de la final entre Unión y Aberastain
Lo que quedó del campeonato de invierno organizado por la Liga Sanjuanina de Fútbol, fue un sabor amargo. Se lo mire por donde se lo mire. Lo que debía ser una fiesta terminó en un verdadero papelón.
Por la conducta de los inadaptados, no hubo vuelta olímpica, tampoco hubo premiación ni entrega de reconocimientos. Solo hubo desmanes, rotura de butacas de un Estadio que le pertenece a todos los sanjuaninos y robos.
El campeonato de invierno lleva el nombre de Luis "Toto" Herrera, ex secretario administrativo de la Liga Sanjuanina de Fútbol que falleció en agosto pasado. Su familia fue invitada para participar del acto de entrega de los trofeos.
En medio de todos los disturbios, la familia Herrera debió ser protegida pues desde las tribunas y desde la platea también arrojaban botellas y butacas cuando estaban junto a Alberto Platero, expresidente de la Liga. Debieron ponerse a resguardo apenas se iniciaron los desmanes.
Muchos pondrán la mirada en el operativo policial. Para controlar y dar seguridad en ese estadio se dispuso de 120 efectivos que pertenecían a distintas dependencias.
Que no se podía contener a los hinchas de cada equipo fue una realidad pero los efectivos hicieron lo que podían. Hasta debieron arrojar gases lacrimógenos para evitar que en el campo de juego se atacaran los simpatizantes de Unión y los de Aberastain.
Un alto jefe policial, se animó a decir que "dentro de todo fue un éxito el operativo, porque podría hacer sido peor. No hubo víctimas que lamentar y tampoco policías heridos".
"Esto que pasó debe ser motivo de análisis. La puerta de la tribuna norte se abrió fácilmente lo que permitió que los hinchas y la barra de Unión invadieran la cancha e iniciaran el robo de las prendas de los jugadores primero y después agredieran a los jugadores e integrantes de la hinchada contraria" dijo.
La Policía en todo momento trató de controlar la situación lo más que pudo. "Había chicas que eran de Unión y que peleaban y hasta golpeaban a los jugadores. También, muchos menores que agredían" señaló.
"Colocar dos grupos del Cuerpo de Infantería en el interior de la cancha ayudó bastante a disuadir a los revoltosos. Había que evitar el enfrentamiento de las hinchadas y por eso se debió usar los gases porque si no el final podría hacer sido mucho peor" comentó la fuente policial.
Lo que debía ser una fiesta del futbol local, no pudo ser. Familias enteras habían llegado al Bicentenario a ver el final del campeonato que terminó con una situación que muchos preveían pero que no pudieron evitarlo.
