Un represor del megajuicio pidió su excarcelación
Se trata del excomisario de la Federal Armando Carrizo uno de los acusados en el tercer proceso por delitos de lesa humanidad que se lleva a cabo en SJ, a cargo de los jueces Alberto Carelli, Gretel Diamante y Paula Marisi.
El Tribunal Oral Federal de SJ, que lleva adelante el megajuicio III de lesa humanidad, se encuentra analizando el pedido de excarcelación formulado por uno de los imputados en dicho proceso.
Se trata del excomisario de la Policía Federal, Armando Roque Carrizo, cuya solicitud fue presentada a través de sus defensores oficiales, indicaron fuentes vinculadas al proceso.
Armando Roque Carrizo es uno de los 26 acusados del megajuicio III por lesa humanidad de SJ. El excomisario de la Federal, fue detenido en 2015 junto a otros cuatro integrantes de esa fuerza policial, durante varios allanamientos ordenados por el juez federal Leopoldo Rago Gallo, todos acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
El martes pasado, tuvo lugar la última audiencia realizada, en el marco de esta megacausa, que tiene sentados en el banquillo de los acusados, a exmilitares, expolicías retirados y al ex fiscal federal Juan Carlos Yannello.
De acuerdo a la prueba valorada por el juez, los acusados colaboraron con los grupos de tarea y participaron en los operativos de detención al igual que de los interrogatorios de dirigentes políticos, estudiantiles y sindicales de SJ, en los años oscuros de la dictadura.
Los ex policías fueron apresados en el marco de la causa 17.520, formada a partir de la denuncia presentada por el Ministerio Público Fiscal, a cargo del fiscal Francisco Maldonado, sobre privación ilegítima de la libertad.
El megajuicio III se lleva a cabo desde junio de 2019 y se estima que los alegados comenzarían a ser presentados alrededor de setiembre próximo, una vez que finalice incluso la producción de pruebas.
Actualmente, se llevan a cabo las audiencias donde han tenido lugar últimamente, las indagatorias de aquellos acusados que, en una primera parte del proceso, se abstuvieron de brindar declaración indagatoria pero ahora, optaron por hacer uso de este derecho.
Luego de los alegatos, por parte del fiscal Dante Vega y los defensores de los imputados los jueces Alberto Carelli, Gretel Diamante y Paula Marisi serán los encargados de dar su veredicto y dictar sentencia.
OTRO IMPUTADO SERÍA APARTADO DEL PROCESO
El megajuicio III que arrancó con 38 imputados, está a punto de quedar con 25 ya que de los 26 enjuiciados que quedaban, el Tribunal Oral Federal se encuentra a punto de resolver la suspensión del proceso por incapacidad sobreviniente de Daniel Rolando Gómez, uno de los exmiembros del Grupo de Tareas del Ejército que lideraba Jorge Olivera.
Desde que arrancó el megajuicio, fallecieron Alberto Bazán, Osvaldo Martel, José Hilarión Rodríguez y Darwin Vianor Mejías.
Debido a una grave enfermedad, quedó apartado del proceso Juan Carlos Torres actualmente con prisión domiciliaria al igual que Carlos López Patterson, José Escudero, Rubén Ortega, Agustín Pereyra, Adelmo Zuliani, Eduardo Vic y Jorge Horacio Páez, debido a que padecen enfermedades físicas y mentales graves y consiguieron la excarcelación, según fuentes cercanas a la causa.
Entre los acusados, están el exjefe de Inteligencia, Jorge Antonio Olivera; los miembros del grupo de tareas del Ejército, Gustavo De Marchi, Francisco Del Torchio y Eduardo Cardozo. Además los expolicías Andrés Alderete, Miguel Ángel Bergounian, Armando Carrizo, Carlos Ángel Castro, Horacio Estrada, Eusebio Jurczyszyn, Ricardo Kalisinsky, Gustavo La Fuente, Jorge Manuel Laiseca, Marcelo López, Miguel Ángel Mejías, Felipe Pedro Molina, Rubén Mondaca, Carlos Alberto Olha, Carlos Antonio Saavedra, Eduardo Traverso, Norberto Trigo y Juan Carlos Turón. Además, está el exjefe de Policía Juan Carlos Coronel y el exfiscal federal Juan Carlos Yannello.
Las principales causas de este megajuicio están referidas a interrogatorios que efectuaban en sesiones de torturas, exmilitares y expolicías, a los trabajos de inteligencia de los exmiembros de las fuerzas de seguridad, sobre todo del D2 que llevaron a secuestros y a varios asesinatos de militares detenidos que fueron acribillados, en enfrentamientos inexistentes.
