El Virrey está de cumple: ¿qué es de su vida?
Carlitos Bianchi no va a la cancha desde 2019 y su único objetivo es disfrutar de su familia. Como DT ganó cuatro veces la Copa Libertadores y tres veces la Intercontinental.
Uno de los entrenadores más importantes de la historia del fútbol argentino Carlos Bianchi cumple hoy 73 años. Retirado definitivamente de su gran pasión, hoy pasa sus días disfrutando mucho de la familia y los amigos y sin hacer apariciones públicas. Incluso, lleva tres años sin ir a la cancha.
Como jugador fue un gran atacante que hizo muchos goles aquí y en Francia, pero su carrera como entrenador fue brillante, única e irrepetible.
Bianchi ya no volverá a dirigir. Tajante y sin vueltas, se lo reveló a los empleados del Senado de la Nación hace dos semanas cuando hizo un recorrido junto a su esposa Margarita. Se sacó fotos y charló amablemente con todos los que se acercaron a pedirle alguna opinión sobre el presente de Boca, de Vélez, de Messi en el Paris Saint Germain o simplemente para preguntarle cómo estaba.
Su último paso por el fútbol fue en 2014, cuando en agosto Boca decidió rescindirle contrato por los malos resultados. Su último partido fue una derrota ante Estudiantes de La Plata por 3 a 1. Desde entonces le cerró definitivamente las puertas al fútbol.
Bianchi lleva tres años sin ir a la cancha
El Virrey prefiere no ir a la cancha. No mostrarse. Mantiene una muy buena relación con Juan Román Riquelme, que lo llama para pedirle consejos futbolísticos para su gestión en Boca, y también tiene relación con Sergio Rapisarda, presidente de Vélez.
La última vez que se lo vio en un estadio fue en septiembre de 2019, en el Fortín de Liniers, cuando estuvo en su palco viendo un triunfo de Vélez. Ese día se llevó como regalo una camiseta homenaje del equipo de 1968 que él integraba como delantero y goleador.
A la Bombonera solo volvió en 2015 para dirigir uno de los equipos en la despedida de Sebastián Battaglia como entrenador. Fue un año después de la decisión de Daniel Angelici de despedirlo como entrenador, y solo aceptó la invitación porque se trataba de Battaglia, uno de los jugadores más emblemáticos de sus años ganadores en Boca.
