Messi, abatido
La eliminación de la Champions League ante el Real Madrid fue un golpe de nocaut para La Pulga y el PSG. Pero el calvario no quedó ahí, porque al partido siguiente por la Liga fue silbado y 24 horas después aparecieron pintadas en su contra. ¿Vuelve al Barcelona o se muda a los Estados Unidos?
Es muy sencillo saber cuándo Messi está bien y cuándo está mal. Basta con mirarlo a la cara, su rostro habla por sí solo.
La sorpresiva eliminación en la Copa de Francia ante el Niza, el fracaso en la Champions a manos del Real Madrid y los silbidos frente al Bordeaux en el Parque de los Príncipes por la Liga, pegaron fuerte en el ánimo de Lionel Messi. Y como si fuera tuvo que soportar el repudio de los hinchas, que pintaron las paredes del estadio con frases en contra el crack argentino, el presidente qatarí Nasser Al-Khelaïfi y el brasileño Neymar.
Hoy el equipo que dirige Pochentino solo tiene en el horizonte un solo torneo, la Liga. Campeonato que ya aburre a los hinchas, ganó 7 de los últimos 9.
No es fácil ser Messi, ni para él mismo debe serlo. En las últimas horas surgieron muchos rumores sobre su futuro en el PSG, club con el que tiene contrato hasta el 2023 y oferta de renovación hasta 2024.
Una de ellas es que volvería al Barcelona, pero rápidamente los medios catalanes se encargaron de desmentirlo. Es más su relación con Joan Laporta es mínima y en la última aparición conjunta fue el frío saludo a las puertas de la sala Auditori antes de romper entre lágrimas por tener que abandonar el Barcelona.
Ese rumor había tomado fuerza, cuando se dijo que su padre y representante Jorge Messi había viajado a Barcelona. Desde su intimidad aseguran que el argentino se quedaría a cumplir el contrato. De ser así La Pulga tendrá que soportar un año largo y complicado en lo personal. Sin la Champions League en el camino, su objetivo principal, al rosarino solo le queda el mundial de Qatar que recién se disputarán en noviembre. Llegar a ese mes será un calvario.
Es la primera vez que Messi es silbado y la primera vez que sufre pintadas en su contra.
Las primeras pelotas que tocó ante el Bordeaux, los murmullos no se hicieron esperar en contra de crack mundial.
Nadie puede tapar o disimular que Messi no está cómodo en el PSG. Su llegada al equipo parisino fue un manotazo de ahogado después de su triste salida del Barcelona. Lio pensó que jugando con sus amigos, Di María, Paredes y Neymar todo iba a ser más fácil, cambiando rápidamente de aire.
Lo cierto que en un equipo lleno de estrellas y con poco volumen futbolístico, La Pulga nunca se encontró en el campo de juego. Si bien con 34 años ya no es el mismo que gambeteaba a todos sus rivales como si nada, ya tampoco puede generar fútbol como antes.
Aunque no lo diga no está cómodo y si hoy se abriera el libro de pases, se iría corriendo. Solo basta con mirarlo a la cara.
