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Jueves 19 de Septiembre, 2024
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Una vida dedicada a contener a los más vulnerables

Durante la pandemia, la pro-tesorera de Casa Cuna, albergó en su casa a bebés y niños pequeños que no podían estar con sus familias por disposición judicial.

Eliana Ortiz es profesora de inglés y pro tesorera de Casa Cuna, una asociación civil sin fines de lucro que trabaja con y para la niñez. Su labor está dedicada a aquellos niños que no pueden permanecer con su familia biológica por disposición judicial. "Albergamos niños de 0 a 6 años, en julio cumplimos 60 años y trabajamos dentro del Hospital Rawson", cuenta Eliana, quien en 2017 empezó como voluntaria en la institución.
"Con el tiempo me ofrecieron ser parte de la comisión directiva, es un trabajo voluntario con el fin de contener a los niños. La comisión somos 21 mujeres más el voluntariado de mamás cunitas: más de 100 mujeres trabajando brindando amor y contención", explica.
Por mes pueden ingresar entre 5 y 10 niños a la "casita" que volvió a funcionar desde noviembre pasado en el Hospital Rawson.

"Durante la pandemia hemos tenido varios inconvenientes pero gracias al grupo de mujeres, hemos podido seguir adelante trabajando en conjunto con Dirección de Niñez, comedores, Hospital Rawson, todos comprometidos para ayudar a los pequeños y velar por su bienestar superior".

Cuenta Eliana que Casa Cuna tiene un convenio con el Hospital Rawson y durante la pandemia ellos necesitaban su personal médico completo, por eso la "casita" permaneció cerrada temporalmente. A raíz de esta situación, los niños estuvieron en las casas de las mujeres de la comisión directiva. "Mi marido y mis dos hijos, Lourdes de 9 y Bautista de 7 años, me ayudaban, nos tuvimos que reacomodar nuevamente porque no había carritos ni moisés, esto es posible gracias al apoyo de mis padres también, sola sería difícil".
"Antes que esto sucediera, tuvimos una charla y les explicamos a los chicos que hacemos todo desde el amor, ellos también me ayudaban a cuidarlos, eran como los hermanos mayores".

Los niños llegan a Casa Cuna por cualquier situación donde se vean vulnerados sus derechos.

Agrega Eliana que "si la familia con la que está el niño lo permite, podemos seguir en contacto, por ejemplo, algunas mamás me mandan fotos de sus cumpleaños o cuando empiezan a caminar. Cuando se va un pequeño, me da un poco de tristeza pero también felicidad porque ya tiene su familia y su casita".
Los niños llegan a Casa Cuna por cualquier situación donde se vean vulnerados sus derechos, a veces son separados temporalmente o si se determina que es imposible volver a sus casas, el juzgado busca una familia adoptiva.
Casa Cuna asume todos los costos, lo mismo si necesitan otro tipo de atención: el equipo voluntario cuenta con pediatras, psicólogas, abogadas, entre otras profesionales.
"Todas las mujeres que estamos tenemos un don de compromiso con la institución. También contamos con la extensión de obra en la que asistimos a merenderos, escuelas, comedores y asentamientos".
Cómo ayudar
Casa Cuna está en la búsqueda permanente de socios/as para sobrellevar los gastos: www.casacunasanjuan.org.ar (sección de colaboraciones). Se trata de una cuota anual de 2 mil pesos. Quienes puedan colaborar, también se necesitan leches maternizadas Vital 1 y 2, antireflujo y pañales de todos los talles.

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