El estafador de Tinder

El estafador de Tinder. Muy probablemente hayas escuchado mencionar esta película en los últimos días, y si no lo hiciste, seguro en los próximos días empezará a sonar cada vez más cerca.

Escribe: Bruno Savoca Albors

Innovación - Tecnología

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Hace sólo algunos días, se estrenó "Serial dater" (un intraducible juego entre -cita- y serial killer -asesino en serie-) es la etiqueta que algunas de las víctimas del estafador que centra la atención en este magnético documental de Netflix. En el desarrollo de esta película podemos ver como funcionaba cada paso que se daba en esta red social. Además, la interfaz con la que se muestran las interacciones hacen que la tecnología tenga un papel fundamental en esta película disfrazada de thriller (aunque, como las mejores películas de suspenso, arranca vestido de otro género, en este caso de suave drama romántico), Simon y su accionar hacen que este desarrollo esté lleno de giros, de identidades secretas y de momentos amargos. Sobre todo, porque son reales.
Desde la perspectiva de las víctimas, este documental muestra cada detalle de sus encuentros, sus mejores atajos y lo por momentos escalofriantes manejos de Simon.
El protagonista ws heredero de una fortuna en un negocio de diamantes y se las lleva, en sus primeras citas, a cenar en un hotel de cinco estrellas. Todas pican y se dejan llevar por una vida de lujo y fantasía. Solo que todo es falso.

¿Qué tiene que ver esto con tecnología?

Una vez más ponemos en evidencia la importancia de la veracidad de nuestros datos en internet, además, de este "músculo" que tenemos que desarrollar para verificar tanto la información que consumimos como todos aquellos con quien nos relacionamos.
Más alla de las historias de amor y el desafortunado desenlace económico de todas ellas, este documental nos deja un poderoso mensaje de la penetración que tiene internet hasta en nuestra máxima intimidad, y como tenemos que ser cada vez más conscientes de las interacciones que tenemos sino también del tipo y cantidad de información que compartimos, como así también con quien lo hacemos.
Exigir cada vez más transparencia a las redes sociales con las que interactuamos también está en nuestras manos. Debemos ser los protagonistas de nuestros datos.