Argentina-Brasil en San Juan

Por Javier Sillero

Sufrí el calor, pero poco importaba. Argentina-Brasil se jugaba por primera vez
en San Juan y yo tenía que estar. Una credencial que guardaré de por vida en el cajoncito de los recuerdos.

Ese 16 de noviembre la provincia se vio revolucionaba por el clásico, que ya comenzó a palpitarse un día antes en la venta de entradas. Una marea de personas que hicieron cola más de 24 horas para conseguir una entrada.

Cuando el domingo, con un calor agobiante, fui a cubrir la previa no podía creer lo que hizo la gente para soñar con un boleto. Personas que llegaban con camas, freezer y hasta carpas para hacer noche.

Pasó es odisea y llegó el día del partido. El tránsito demoraba la llegada del Bicentenario.
Íbamos bien con la hora, pero mi ansiedad me hizo detener el remis y bajarme antes para comenzar a sentir el calor del clásico por las calles.

Me encontré con gente de todo el mundo, que llegó a la provincia solo para ver a Lionel Messi.

Ingresé una hora antes y el estadio lucía casi lleno. Subí por el ascensor y llegué a la zona de cabinas.

Ahí me encontré con los periodistas más famosos de Argentina, claro a los que saludé y les pedí una selfie.
Antes de empezar el partido ya estaba viviendo un momento único en mi carrera como periodista deportivo.

Después de varios minutos me ubiqué en la zona de pupitres, busqué mi asiento y empecé a disfrutar.

El partido fue chato, pero Argentina logró clasificar a Qatar en nuestra tierra y eso quedará marcado en la historia mundial.

Canté a la par de los hinchas, filmaba cada jugada importante que tenía Argentina. Y sí, era un hincha más con la piel de gallina.

Al término del partido salí y en la ruta esperé a la movilidad del diario.
Mientras llegaba me corría una sensación única de haber estado en el evento deportivo más importante de la historia en SJ.

Claro, después venía la parte más linda, con el tiempo como enemigo, sentarme a escribir la crónica de mi vida. Ese ejemplar y la credencial, vivirán en mis recuerdos.