El precio del vino de exportación en pesos subió 40% por la devaluación, pero insumos treparon 52% por la inflación.
Las ventajas para las exportaciones derivadas de un mayor tipo de cambio parecen haberse diluido en el caso de los vinos envasados, debido al proceso inflacionario mientras que en el caso de los vinos a granel, las exportaciones se vieron beneficiadas por el aumento del dólar pero no fueron afectadas por el incremento de precios de insumos y, por lo tanto, el efecto devaluación opera de manera más fuerte sobre el precio que sobre los costos.Así lo demuestra un estudio efectuado por el Observatorio Vitivinícola donde puntualiza que entre junio y octubre de 2018, la depreciación del peso frente al dólar alcanzó un 43%, en tanto que la variación del índice de precios al consumidor en ese mismo período (junio a octubre) fue de 22,4%, situación aparentemente beneficiosa para la exportación. No obstante, para la industria vitivinícola se produjeron ciertos cambios que relativizan esa conclusión.El estudio compara el tipo de cambio e inflación con respecto a los dos principales competidores, España y Chile, advirtiendo cómo evolucionan estas condiciones exportadoras argentinas respecto a esos dos países, sobre todo tomando en consideración la importante devaluación sufrida por el peso argentino.Desde el punto de vista de los países “exportadores”, el tipo de cambio real y, por lo tanto, las condiciones de venta mejoran si se verifica una o más de las siguientes condiciones.Aumenta el Precio FOB (vinos) al cual venden en el mercado de destino.Aumenta el Tipo de cambio nominal del país exportador (Moneda del exportador/$US)Se mantiene el nivel general de precios domésticos del país exportador o existen bajas tasa de inflación en el país exportador.Si se establece un índice tomando en consideración tasa de devaluación y tasa de inflación de estos tres países, partiendo del año 2011 como base = 1 se puede observar la brecha creciente que existió entre Chile y España respecto a Argentina hasta el año 2017 y la recomposición en el 2018 producto de la devaluación (a pesar de la alta inflación). No obstante, también se advierte que Argentina no alcanza a compensar completamente la pérdida de competitividad acumulada desde 2011.Del mismo modo, precisa que entre el año 2011 y el 2017 al ser la tasa de devaluación del peso argentino menor a la tasa de inflación, se ha producido un deterioro en esta relación que ha empeorado las condiciones de los exportadores argentinos un 29%, mientras que, tanto en España como en Chile, la situación ha sido diametralmente opuesta y se ha mejorado la relación un 16% a 2017. Respecto a 2018, las revaluaciones tanto del peso chileno como del euro han tendido a achicar esta brecha que además tiene el efecto de la devaluación del peso argentino.
Las exportacionesEn cuanto a la relación de inflación y tipo de cambio, haciendo un análisis más profundo y determinando con mayor precisión el efecto que estas variables tienen sobre el sector vitivinícola y tomando otras variables muestra que tanto las exportaciones de vino a granel como las de jugos de uvas concentrados (JUC) se han incrementado significativamente, tanto en valor como en volumen.Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con las exportaciones de vino fraccionado y particularmente de vino embotellado. En ambos casos se registran caídas en volumen en el orden del 4% y lo más llamativo, dado que no venía ocurriendo, también una leve disminución en valor.Estos comportamientos se deben justamente a las características que, como dijimos anteriormente, tienen los distintos productos vitivinícolas exportados.La estructura de costos del vino embotellado con insumos dolarizados, los costos financieros derivados de la exportación, la entrada en vigencia de derechos de exportación y la reducción de los reintegros a las exportaciones, son algunas de las razones por las cuales las exportaciones de vino embotellado no han presentado el mismo comportamiento que el vino a granel.Entre junio y octubre de 2018, la depreciación del peso frente al dólar alcanzó un 43%, en tanto que la variación del índice de precios al consumidor en ese mismo período (junio a octubre) fue de 22,4%, situación aparentemente beneficiosa para la exportación tal como se mostró al inicio de este artículo. No obstante, para la industria vitivinícola se produjeron ciertos cambios que relativizan esa conclusión.El estudio subraya que los insumos transables, no se indexaron a la tasa de inflación sino que incrementaron sus precios a la tasa de devaluación, tomando en consideración el tipo de cambio pico registrado durante setiembre, es decir 42 pesos por dólar, lo que significó aproximadamente una suba de 52% en el precio de etiquetas, cápsulas y tapones.Entró en vigencia la aplicación del derecho de exportación establecido en $3 por dólar exportado. Esto equivale a restar tres pesos a la cotización del dólar divisa que se liquida a los exportadores.También entró en vigencia el nuevo porcentaje de reintegro a las exportaciones pasando de un 6% sobre el precio FOB a un 3,25%.El costo financiero que históricamente no era una variable determinante, tomó relevancia a partir del incremento de las tasas de interés que requiere el financiamiento que implica la espera entre la erogación del derecho de exportación (al momento de la exportación) y el ingreso de fondos que se produce al momento de la liquidación de la exportación.Evaluando el resultado conjunto de estos efectos, es posible concluir que, en términos reales, la situación a octubre de 2018 arroja un resultado negativo respecto a junio, para las exportaciones que se realizan a precios inferiores al promedio (U$S 3,2 por botella).
El mercado internoLos mayores costos de insumos secos impactan en el producto vino embotellado en general (botella, cápsula, tapón y etiquetas) en el mercado interno donde los incrementos de precios del vino embotellado responden más a la tasa inflación que a la tasa de devaluación.El precio del vino de exportación expresado en pesos se incrementó entre junio y octubre en el orden del 40% (debido a la devaluación), en tanto que los precios del vino embotellado en el mercado interno entre junio y octubre de 2018 sufrieron incrementos que no alcanzaron el 10%.Los números del mercado interno de vinos siguen en rojo: en el acumulado enero/setiembre de 2018 la caída de despachos de vinos fraccionados fue del -6% con relación al mismo periodo del año pasado.
Lamentablemente, los incentivos a exportar vino embotellado derivados de un mayor tipo de cambio parecen haberse diluido debido al proceso inflacionario que sufre la economía doméstica. No es el caso de las exportaciones de vinos a granel dado que no se ve afectado por el incremento de precios de insumos y por lo tanto el efecto devaluación opera de manera más fuerte sobre el precio que sobre los costos.
Luego de la devaluación cambian las estrategias del sector
En sus habituales informes, la División Vinos del Banco Supervielle plantea que el segundo trimestre de este año marcó un punto de inflexión en el contexto macroeconómico que tiene un impacto significativo en el sector vitivinícola. En sus habituales informes, la División Vinos del Banco Supervielle plantea que el segundo trimestre de este año marcó un punto de inflexión en el contexto macroeconómico que tiene un impacto significativo en el sector vitivinícola. La incógnita más grande ahora para los exportadores es cuánto durará este tipo de cambio antes que la inflación lo degrade nuevamente. Si en los próximos años la confianza tanto interna como externa se recupera, la inflación disminuye y el balance comercial externo se hace positivo comenzarán las presiones para un menor tipo de cambio por mayor abundancia de dólares. Sin embargo, es dable esperar que haya un tiempo de 18 a 36 meses donde prevalezca un tipo de cambio sustancialmente más elevado que el promedio que tuvimos desde 2013.Los exportadores mundiales de vinos por su parte, dirigen sus acciones a tres mercados en especial: Estados Unidos, China y Reino Unido. La productividad deberá ser tenida en cuenta en todo el negocio, a diferencia de otros tiempos donde un buen tipo de cambio ocultó trabajos hacia dentro de las empresas.
Diario El Zonda
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