El capitán y símbolo del Atenas campeón del torneo de Verano de la Liga Sanjuanina nos contó que lo que lograron con el equipo de La Rinconada era algo muy anhelado, sobre todo por las dos finales perdidas que traía la institución. “Fue importante la incorporación de muchos jugadores con experiencia”, reflejó el Willy.
No es el mismo de hace unos años. Mucho más espiritual, tranquilo, y sobre todo agradecido a Dios por, según lo que afirma, el cambio rotundo que produjo en su vida. Wilfredo Bronvale siempre fue un líder. Las camisetas que usaba de los equipos que defendió terminaban empapadas de sudor. En cada encuentro dejaba todo, además de adaptarse a cualquier posición en la que pueda rendir al equipo. Salió campeón en el Argentino A con Desamparados y ascendió con Unión, pero está claro que la casaca que mejor representa es la de Atenas, por el apellido que porta, tan identificado con el Mirasol, y porque él es de ahí, de las entrañas de La Rinconada. Por eso este título es diferente. Por todo lo que eso significa, porque además quedará grabado en la historia del club como que fue el capitán y uno de los referentes del plantel que le dio el primer título local a Atenas.
¿Se demoró la consagración?
La verdad que es muy ansiado. Lo veníamos buscando hace mucho y gracias a Dios se nos dio.
Me imagino la emoción...
Una alegría enorme, uno todavía no cae, quizás por tantas frustraciones que hemos pasado en el fútbol. Muchas veces me golpeó, sobre todo por las lesiones que sufrí. Pero desde hace dos años le entregué mi alma a Cristo y mi vida cambió. Estoy congregando ahí y tuve la sanación de mis piernas, he podido jugar dos años seguido continuamente, son 60-70 partidos sin faltar. Estoy agradecido con Dios, es lo que me ha ayudado a superarme. La paz que he conseguido en ese lugar me han llevado a conseguir este logro.
¿Qué fue peor, las lesiones o las finales perdidas?
Después de dos finales perdidas y una semifinal, fueron golpes duros, pero nos sirvieron para crecer. Hoy analizo mi vida y veo que las lesiones me ayudaron mucho. Fueron golpes que me sirvieron. Además, yo tenía muchos errores personales y eso me permitió llegar a la iglesia, con muletas, y después terminar sano. No me voy a cansar de repetir lo mismo, puedo ser reiterativo, pero el acercarme a Dios fue fundamental para mí.Hoy puedo disfrutar de la vida con mis amigos, con mi familia. He podido congregar chicos, y de esa manera le doy mis gracias.
¿Qué cambió en el equipo para pasar de esas desilusiones a esto?
La diferencia en este campeonato fue que le agregamos gente de experiencia. Ha sido eso fundamental para el grupo. Además todas las semanas trabajamos a full, nos enfocamos en el segundo campeonato, con mucho sacrificio, y en el final fue muy importante lo espiritual para sacar lo mejor nuestro para este logro, muy lindo para la gente de Atenas.
¿Cuál fue el partido más complicado que tuvieron en este torneo?
Todos, si bien hicimos un buen torneo en la fase clasificatoria, no fuimos superados pero tampoco fuimos arrolladores. Íbamos partido a partido. En las semifinales y final también nos costó cerrarlo, fue duro pero terminamos consiguiendo un logro anhelado.
¿Te falta alguna meta como futbolista?
Sí, falta algo, y es el partido con Desamparados, en la superfinal, ese es un partido que queremos ganar sin dudas.
¿Será especial ese juego para vos?
Especial por haber vestido esa camiseta. Es el mejor club de San Juan y que por mucho tiempo vamos a tener por el sostén que tiene de la hinchada. Todos le queremos ganar a ese rival. Es el mejor por la gente que lleva y por eso puede ser especial. Pero sin dudas la gente nos está acompañando y lo va a seguir haciendo, no tengo dudas.